Trasversales
Vicent Àlvarez

Recuerda siempre esto, Sepharaf


Revista Trasversales, número 36, enero 2016



En ocasiones releer un libro que tienes en casa y que en su momento significó mucho es algo aconsejable, este ha sido el caso de La Pell de Brau es decir La Piel de Toro, en alusión a España, su autor Salvador Espriu es uno de los grandes poetas en lengua catalana del siglo XX. El libro en cuestión es una edición de 1969 en francés y catalán editada por François Maspero, quien fundó una librería y editorial en el Barrio Latino a donde en peregrinación íbamos a encontrar lo que en este país no podíamos encontrar; ya el nombre del establecimiento era significativo, La joie de lire. Pues bien, el libro de Espriu había sido promovido desde Catalunya por el compañero de fatigas Pau Verrié, un catalanista y socialista, quien buscaría como prologuista al cantante Raimon, así, este último dirigiéndose al público lector remarcaba como había conocido a Espriu -del que musicó poemas- como poeta y después como hombre añadiendo: "estoy convencido de haber encontrado a un hombre y un poeta que posee una rigurosa y exacta visión de lo que somos".

Estamos hablando de versos, de poesía “hecha en momento de ira, llena de fe y salpicada de esperanza”(del prólogo de Raimon), no resulta pues difícil encontrar en los poemas contenidos y mensajes que apuntaban en aquel momento al compromiso social, cívico, o incluso a las reivindicaciones pendientes en esta piel de toro , como eran las libertades y los conflictos históricos a resolver. La obra escrita en plena dictadura(1957-1958) adoptó un lenguaje simbólico, indirecto, y era fácil ver su traducción a la realidad, así el termino Sepharaf pertenece al hebreo que designa a España. Del texto voy a ceñirme a unos fragmentos que son los que más impactaron, por su connotación política, y que continúan siendo hoy de plena vigencia, veamos pues: "recuerda esto siempre, Sepharaf. / Haz que sean siempre seguros los puentes del dialogo/ y busca entender y estimar / la razón y las hablas diversas de tus hijos. / Que la lluvia caiga poco a poco en los sembrados / y el aire pase como una suave mano / extendida y benigna sobre los anchos campos. / Que Sepharaf viva eternamente / en el orden y en la paz, en el trabajo / en la difícil y merecida / libertad”.

¿No os parece de plena actualidad eso de que “sean seguros los puentes del dialogo”? ¿Y qué podemos decir en relación a conocer y estimar las razones y las hablas diversas? Con estas palabras Espriu hacía un emplazamiento que ha sido histórico entre pueblos y culturas, y que hoy aparece de nuevo como vigente, ya que para una parte de esa piel de toro se vive un sentimiento de frustración e insatisfacción, como reacción a la visión que desde el poder o centro político se ha impuesto. Estamos en una democracia, pero se ha seguido ignorando la realidad plurinacional del Estado. No sabemos cómo reescribiría Espriu una nueva versión de La pell de brau, si todavía insistiría sobre esa necesidad de los puentes del dialogo. El panorama sigue siendo decepcionante, y lo es mucho más si cabe cuando desde la izquierda una parte de la misma continúa compartiendo con la derecha el dogma de la nación española, excluyendo la posibilidad de otras naciones.

Los sentimientos están presentes, los de unos y los de otros, pero de nuevo hay que reivindicar aquello de los puentes del diálogo si de verdad se apuesta por una nueva política. Poesía, compromiso. El caso de Catalunya está sobre la mesa en términos de actualidad, el problema, no obstante, es de más alcance, el debate como yo lo veo no es independencia o dejar las cosas como están, sin embargo, para un importante número de ciudadanos tanto en Catalunya como en la España profunda se está viendo así. Recordémosles a algunos, como son los llamados barones del PSOE, la propuesta de hace ya algunas décadas de un socialista, Anselmo Carretero, la de una España nación de naciones.




Trasversales