Me sigue llamando la atención la obscena manera de seguir tensando las voluntades a los socialistas contrarios a la vergonzosa abstención que dé el segundo mandato a Rajoy.

Hay una contradicción maquiavélica entre querer coser los destrozos y prescindir de éstos dando un tijeretazo. El empeño innecesario para obligar a todos los diputados socialistas al voto abstencionista uniformado no da claves para pensar en restañar heridas, más bien invitan a pensar en el deseo de una amputación.

Pero, ¿qué le lleva al PsoE a esta pelea cainita de la disciplina de voto? Que fácil sería, nadie racionalmente debía manifestarse contrario, asegurarse los escaños necesarios imprescindibles, hecho que tienen garantizado, para conseguir su macabro objetivo y relajar la situación interna, bien permitiendo el voto negativo a la investidura de los que así lo desearan o simplemente tomar como acuerdo del Comité Federal el otorgarle las abstenciones necesarias. Esto permitiría destensar y caminar por un territorio de acercamiento. Todo parece que, como en todo golpe de mano, pretenden la humillación de los derrotados o su exterminio si no se avienen a razones. Están dispuestos a emplear una cirugía drástica, no les importa un PsoE más pequeño siempre que esté más controlado, para ello han empezado por dar marcha atrás a la participación de la militancia, en la toma de decisiones. Son varias las voces que ponderan el valor de los representantes, de los delegados, minimizando e ilegitimando la opinión de las bases. Esta traumática decisión no puede obedecer a otra cosa que el garantizar una elección a la secretaría general sin disidencias, con un partido sumiso y homogéneo, donde no se pueda poner en peligro la candidatura de la casta golpista.

La situación en la que queda Pedro Sánchez es peliaguda, se lo han preparado para que se suicide políticamente, como buenos discípulos de Maquiavelo. Si se abstiene, perderá la credibilidad ante los que con él cerraron filas, en torno al NO ES NO, sobre todo de las bases donde cuenta con mayor apoyo, por que los cuadros, en gran medida, ya se están buscando poltrona, como su fiel y enfático portavoz del Congreso Antonio Hernando. Si vota NO, cargará de argumentos a los golpistas por su indisciplina, lo que dificultará su proyección como Secretario General. A Sánchez solo le queda una solución ética y coherente, LA DIMISIÓN como diputado. Esta será la única manera de seguir vivo y con alguna opción ante la conspiradora y tapada de González y demás casta, Susana Díaz.

El problema está en el tiempo que el PsoE pueda aguantar el cáliz de una abstención por miedo a nuevas elecciones, con lo que el PP le estará amenazando constantemente, mientras mantiene la sangría interna. Si le aprueba al PP los presupuestos, contará con algún tiempo para enderezar el partido, porque eso condicionará la legislatura, pero ¿cuánto tiempo? Es evidente que el Congreso, a pesar de las firmas de la militancia para que se convoque en dos meses, tardará lo suficiente, lo necesario para limpiar la casa y esto son meses o algún año. Esa será su contradicción, si dificulta la gestión del PP estos convocarán elecciones y si son dóciles sus bases se alejarán más. Interesante el tiempo que se avecina.

PODEMOS, cuya aparición está profundizando y es causa en las contradicciones socialistas, está en la obligación de no permitir que se pierda y recoger a la militancia repudiada por el alejamiento de la dirección socialista de su ideario. Esperemos que no sigan cometiendo los mismos errores, ya cometidos, de ansiedad y prepotencia. Tienen que aprender el valor de la táctica política, está en sus manos seguir manteniendo la esperanza, fortaleciéndose en este camino, para convertirse en una alternativa real, porque las elecciones huelen próximas.