Trasversales
Luis M. Sáenz

¿Vistalegre II o Vistalegre bis? Los manifiestos que firmo


Revista Trasversales número 39 diciembre 2016 (web)

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Este texto no compromete la opinión de los espacios en que pueda ser publicado ni a ningún colectivo al que pertenezca el autor. Se trata de una mirada estrictamente personal.

He firmado el manifiesto "Recuperar la ilusión: democracia para ganar" porque quiero un Vistalegre II, no un Vistalegre bis. No me gusta el título del manifiesto porque las ilusiones no sirven para nada, a diferencia de las convicciones, el realismo y la persistencia. Soy partidario de deshacerse de muchas ilusiones aún presentes en Podemos. Pero firmo por su oportunidad y contenido, no por su título.

He firmado el manifiesto "Democracia para ganar", como he firmado el manifiesto "Podemos en Movimiento, sin una identificación plena con las corrientes que los impulsan y sin tener decididos mis votos en la Asamblea Ciudadana, cosa que haré cuando conozca las propuestas, aunque lo ocurrido desde el 20D2015 y en la propia Asamblea Ciudadana de Madrid y otros ámbitos me inclina provisionalmente más hacia unas opciones que hacia otras.

¿Por qué he firmado "Democracia para ganar"?

Podemos está preparando su II Asamblea Ciudadana, "Vistalegre II". Hay diferentes opiniones respecto a los métodos de elección del Consejo Ciudadano (mayoritarios, proporcionales, etc.) y a si el voto a candidaturas y a documentos debe separarse o unirse. Habrá una consulta para resolver ese dilema. Las propuestas definitivas se publicarán el 16 de diciembre y se votará entre el 18 y el 20 de diciembre. Estaba previsto otro calendario, pero se ha acelerado el proceso para que la Asamblea Ciudadana coincida con el congreso del PP, lo que me parece un error, pero no entraré en ese asunto aquí.

En ese contexto, coincido con la oportunidad y el contenido del manifiesto.

Coincido con la oportunidad y necesidad de dar alcance público al debate interno, no sólo porque toda discusión en Podemos debe ser pública y transparente, sino también porque en los plazos establecidos es imposible que la consulta se vincule a una reflexión colectiva deliberativa sobre las propuestas presentadas, lo que conduce hacia un plebiscito, en el que las motivaciones para el voto tendrían poco que ver con el contenido de las propuestas. Esto dificulta y distorsiona aún más la participación de las personas que "no están en el ajo", las que aún no saben o creen saber qué propondrá Iglesias, qué Errejón, qué Teresa Rodríguez o cualquier otra persona o corriente, ni los argumentos usados para una cosa u otra. Precisamente porque defiendo 100% que las decisiones importantes las tomen todas las personas inscritas en Podemos con un criterio amplio, precisamente porque rechazo tanto la línea monárquica de "todo el poder al secretario general" como la línea vanguardista de "todo el poder a los círculos", que sólo agrupan a una pequeña parte del entorno cercano a Podemos, creo que las consultas amplias deben hacerse poniendo los medios y tiempos para que muchas personas puedan hacerse opinión y expresarla en un proceso deliberativo no hecho en torno a decenas de documentos confusos sino a cuatro o cinco asuntos claros y de especial importancia, con tiempo para la reflexión. A estas alturas, si no se cambia el calendario, eso ya es imposible, pero el lanzamiento de una propuesta pública y concreta ayuda a que se empiece a saber sobre qué se votará entre el 18 y el 20 de diciembre. La emisión de un manifiesto público no tiene nada de malo ni de divisor, como nada de malo o divisor tuvo la salida del manifiesto "Podemos en Movimiento", en el que también se defiende la necesidad de métodos de elección proporcionales, además de la limitación de cargos acumulables en una persona. Podemos sólo es pensable como pluralidad y como libertad plena de expresión individual y colectiva.

Mi segundo motivo para firmar el manifiesto "Democracia para ganar" es que estoy de acuerdo en lo que dice, al menos en lo principal. Vamos a ello.

- "Votar primero las propuestas y después quiénes nos representan". Totalmente de acuerdo, mezclar en el mismo voto los documentos que marcan el camino a seguir y las candidaturas sólo puede destruir todo matiz y todo enriquecimiento mutuo a través de las diversas propuestas. Necesitamos poder participar en la discusión política sin poner liderazgos por delante. Una vez aprobado el rumbo político a seguir, toca el momento de elegir a las personas. A algunos les aterroriza que los votos sean dispares, que se aprueben unos documentos pero se dé mayoría en el Consejo ciudadano a quienes apoyaban otros. Puede pasar pero no es ninguna tragedia: en la Asamblea Ciudadana de Madrid la mayor parte de los documentos aprobados procedían de la candidatura de Rita Maestre, pero la secretaría general la ganó Ramón Espinar, cuando ya se sabía que en muchos aspectos la orientación a seguir sería la de documentos propuestos por otra corriente. ¿Pasa algo por eso? Si él lo hubiera considerado incompatible, se supone que habría retirado su candidatura, cosa que no tenía por qué hacer ni hizo ni convenía que hiciese, ni nadie pidió en Podemos, por el contrario todo fueron respaldos. El problema sólo vendría si un organismo dirigente se empeña en seguir en tanto que tal un rumbo diferente al aprobado por la correspondiente asamblea ciudadana, escribiese quien escribiese los documentos aprobados, o se cree que por el hecho de haber sido elegido secretario general también tiene derecho a imponer sin debate su opinión sobre todos los asuntos que se planteen posteriormente. La opinión que cada cual tengamos sobre las personas no tiene que ser exactamente la misma que tengamos sobre los documentos que escriben.

- "Mayor proporcionalidad en todos los órganos para conseguir: más pluralidad, listas abiertas, igualdad de género en puestos de responsabilidad y un equilibrio territorial adecuado a la propuesta plurinacional de Podemos". Estoy de acuerdo, siempre he defendido sistemas de elección proporcionales, también lo defendí frente al sistema mayoritario utilizado en Podemos en y desde Vistalegre, defendido por toda la corriente informal "Claro que Podemos", hoy rota en tanto que tal corriente. De hecho la negativa de Podemos -y por cierto también de Ciudadanos- a usar internamente sistemas proporcionales han minado su credibilidad social a la hora de reclamar un sistema electoral proporcional en España. Por otra parte, la proporcionalidad y las listas abiertas son totalmente compatibles, como demostró el excelente sistema de primarias de Ahora Madrid, un ejemplo a seguir, ya que además introduce el criterio de proporcionalidad de una manera que es totalmente ajeno al hecho de que se presenten listas o sólo candidaturas individuales. En cuanto a la paridad de sexo, estoy de acuerdo, claro, aunque yo lo reformularía en términos de "no menos de un 50% de mujeres", admitiendo listas y organismos con mayoría de mujeres.

Algunos amigos me dicen que quienes promueven ese manifiesto combatieron la proporcionalidad y promovieron un sistema "aristocrático", lo que es verdad en bastante medida (no es así en todos los casos), pero les digo que no entiendo por qué sienten más simpatía por quienes hicieron lo mismo y se mantienen en lo mismo que por quienes han pasado a defender la proporcionalidad, con o sin convencimiento sincero. Desde luego yo no meto la mano en el fuego por la sinceridad de nadie ni pido que nadie la meta por la mia, pero estoy por defender la proporcionalidad al lado de quien la defienda, como hacen los manifiestos "Podemos en Movimiento" y "Democracia para ganar", cuyos promotores también deberían unir sus fuerzas para esto aunque sus estrategias políticas y sus candidaturas sean diferentes. Sí, es cierto, vivimos las consecuencias de la descomposición de una "troika aristocrática" masculina a la que se dio intencionada hipervisibilidad como fraternidad en la cumbre, incluso escénicamente, pero bien manejada esta situación podría acercarnos un poco más a una "democracia absoluta" y alejarnos un poco más de una "monarquía ilustrada", y ruego que se entienda la metáfora y que esta forma de ilustrar una situación estructural no implica tildar a ningún compañero de aristócrata, rey o absolutista. Hablo de que la "máquina mecánica" centralizada que se quisó construir debe desarrollarse como "organismo biológico" distribuido.

- "Un censo abierto a la participación ciudadana que fomente la inscripción del mayor número de personas posible. Se trata de desbordar la organización y no encarcelar la potencia democrática que debemos demostrar en esta nueva etapa". De nuevo, de acuerdo. Sin cuestionar ciertas precauciones, lo fundamental es que Podemos debe seguir promocionado el ingreso de nuevas y masivas inscripciones en el censo. De hecho, no veo muy clara la diferencia entre inscritos e inscritos activos, pero tampoco voy a insistir en un asunto que no manejo bien.

- "Una Comisión de Garantías independiente y, por lo tanto, que cuente desde el primer momento con autonomía presupuestaria". Vale, pero con escepticismo, porque creo que las comisiones de garantías no sirven para garantizar ningún derecho. Todas las comisiones de garantías que he conocido en todos los partidos han actuado en los momentos clave como organismo derivado de la corriente mayoritaria en ella, o se han dividido según las mismas líneas de división que hay en el partido, al igual que sucede en el Tribunal Constitucional en los asuntos decisivos. De hecho, dudo de que sirvan para nada salvo como coartada de quienes las controlan; a veces sirven incluso para anular las decisiones tomadas en votaciones en las que participan miles de personas, de lo que tenemos ejemplos recientes en el PSOE y en Podemos.

Estas son mis razones. Por eso he firmado "Democracia para ganar", sin conocer aún el proyecto político que puedan proponer más globalmente sus promotores, ya que este manifiesto se refiere a muy pocas cosas y tiene un carácter de urgencia dado que lo tratado en él estará ya resuelto de una manera u otra para el 21 de diciembre. Estas mismas razones me han llevado a firmar el manifiesto "Podemos en Movimiento", ya que incluye algunas propuestas en este mismo sentido, aunque está más orientado a presentar una estrategia política, junto a que no tengo grandes diferencias con nada de lo que se dice en él aunque sí las tengo, aún no sé aún si grandes o pequeñas, por lo que no se dice y con algunas de las interpretaciones habituales de lo que sí se dice.

En todo caso, como ya he dicho antes, estas firmas no presuponen apoyo a tal o cual candidatura que pueda presentarse, ya que lo que echo en falta hoy en Podemos es claridad en las estrategias políticas propuestas para 2017 y más allá, un periodo que yo no entiendo como un "mientras tanto" hasta la llegada de nuevas elecciones generales de 2020, sino como un periodo decisivo de conflicto social y político en el que la gente común de este país sufrirá nuevos ataques de las élites políticas y económicas y en el que, a la vez, habrá oportunidades para lograr victorias parciales sociales y políticas si hay resistencia social y si las nuevas herramientas políticas de cambio con significada presencia institucional actúan con inteligencia, sensatez y poniendo siempre por delante las necesidades sociales. De hecho, ya se han logrado algunas, como la cancelación de las revalidas, la subida del salario mínimo o el bloqueo a Fernández Díaz, con fuerte y decisivo protagonismo en ello de Podemos, aunque cierto derrotismo inspirado en el miedo a dar a entender que la acción parlamentaria de Podemos puede ser útil aunque no se esté en el Gobierno está dejando margen de maniobra a la comisión gestora del PSOE para apuntarse como tantos suyos cosas que no le corresponden en absoluto y que en algún caso, como lo de Fernández Díaz, lo ocurrido fue una estrepitosa derrota de su estrategia.

Un periodo este en el que no hay que dar por sentado que haya que soportar durante cuatro años el gobierno de Rajoy en España o el de Cifuentes en Madrid, que no son gobiernos fuertes, porque quizá puedan surgir oportunidades para evitarlo. Debo decir que el desarrollo de la Asamblea de Madrid me decepcionó profundamente porque ninguna de las corrientes con peso significativo se situó en esa perspectiva y todas se situaron en la perspectiva de "prepararse para 2019" desde la oposición a Cifuentes, como si a unos les espantase el crimen de presionar sobre el PSOE para una moción de censura y otros les asustase aparecer como "proclives" al PSOE, lo que no quita que votase lo que me pareció mejor entre las propuestas presentes, pero sin entusiasmo y sin confianza.

No soy demasiado optimista, porque me temo que sin una deliberación política real, sin un sistema de discusión que permita enmendar documentos sin tener que rechazarlos completamente, sin un sistema de elección realmente proporcional y abierto, no tendremos un Vistalegre II sino un Vistalegre bis, aunque quizá con diferentes alianzas, diferentes chivos expiatorios -en Vistalegre I lo fue Izquierda Anticapitalista, cuya sensatez entonces es muy de agradecer porque evitó la ruptura hacia la que algunos empujaban-, diferente foto de familia y quizá diferente curso político hacia un discurso quizá más tronante, pero quizá algo derrotista si subvalora los logros y  se guía por la idea de que poco se puede hacer hasta que en 2020 Podemos alcance el gobierno con una mayoría absoluta que le permita gobernar sin alianzas desde un proyecto de "soberanía nacional" que creo ilusorio. Pero ésta ya es otra discusión, sobre la que quizá diga algo más adelante y en la que no me pronunciaré por tales o cuales propuestas hasta que existan. Digamos que creo tener claro con qué no estoy de acuerdo, aunque soy bastante susceptible a cambiar de opinión -no de convicción- y no se si habrá propuestas con las que esté de acuerdo o que me convenzan, escucharé con atención.

No tengo inconveniente en apoyar las propuestas con las que coincido, las haga quien las haga, pero tampoco apoyaré a nadie sin saber sus propuestas.

En lo inmediato, sí, considero urgente difundir y apoyar el manifiesto "Democracia para ganar", si es que se quiere un sistema proporcional y una separación del voto por documentos y el voto por secretaría general y Consejo ciudadano. Si eso no se consigue, será muy difícil luego reorientar un curso peligroso, gane quien gane. Deben recordarlo quienes ahora pueden ser las víctimas de un sistema que en otros tiempos propiciaron, cuyo cambio de opinión no será muy creible si lo explican por un "cambio de fase" sin reconocer el error y las injusticias cometidas, y deben recordarlo quienes en esos otros tiempos fueron sus víctimas y podrían volver a serlo en el futuro si ahora no defienden el pluralismo y la proporcionalidad con la misma contundencia con la que han venido haciéndolo. Así que de cara a la consulta que se celebrará del 18 al 20 de diciembre hay que ser capaces de encontrar una propuesta común y de alcanzar una "unidad de acción" para defenderla entre quienes apuestan por la proporcionalidad y una mayor distribución de la visibilidad política. Después, ya será tarde. No el final, desde luego, Podemos es un proyecto demasiado potente para perecer así sin más, pero las cosas se harán más complicadas si se reincide en un sistema mayoritario y se personaliza el debate político hasta el punto de identificar la opinión sobre los documentos con la opinión sobre las personas.

A partir del 21 de diciembre, claro está, cada cual podrá seguir lo que propone un refrán francés: revenons à nos moutons, esto es, cada cual podrá afinar la estrategia política que quiera plantear en lo que esperemos sea un Vistalegre II y no un Vistalegre bis, abriendo otra fase de reflexión, de encuentros razonables y de desencuentros mesurados en un marco de pluralidad.