Trasversales
Lois Valsa

Invierno cultural madrileño 2017


Revista Trasversales número 40, marzo 2017 web

Otros textos del autor en Trasversales



Los tres más ricos tienen lo mismo que el 30% más pobre

(Informe Oxfam Intermón, Una economía para el 99%)


LECTURA: LIBROS

- Isabel Bono, Una casa en Bleturge, Siruela, Madrid, 2017.

Isabel Bono (Málaga, 1964) es la escritora que por esta novela ha sido galardonada con el Premio Café Gijón de Novela 2016. Escribe cuentos y poemas desde la infancia pero esta es la que considera su primera novela. Esta autora se mueve y se siente cómoda en el mundo de los blogs y gestiona varios. En esta novela nos cuenta la historia de un matrimonio con hijos. Un hijo que ya murió es el eje en torno al que gira la historia de una familia que se desgasta. Frente a ese dolor y soledad matrimonial se construye el mundo soñado, un mundo dónde todo sucede lentamente, un lugar dónde no es necesario recibir ni dar explicaciones: una casa en Bleturge.

- J. P. Villalobos, No voy a pedirle a nadie que me crea, Anagrama, Barcelona, 2016.

Villalobos (México, 1973) ha sido, con esta novela, el ganador del Premio Herralde de Novela. Este escritor pertenece a una nueva generación de escritores que se ha abierto paso después del “boom” hispanoamericano con unas muy interesantes propuestas narrativas. En este caso la de un realismo crítico preñado de humor, un humor del que hizo gala en la presentación de su libro, acompañado del humorista Joaquín Reyes, en la librería Tipos Infames de Madrid. En su nueva obra, que confirma su prometedora trayectoria, nos muestra un panorama muy hilarante sin dejar de ser crítico de los desequilibrios sociales y culturales y trasgresor. Si el despierto lector no se pierde en sus vericuetos sin duda va a disfrutar mucho con este libro de vidas cruzadas por el que transitan unos originalísimos personajes. A su vez constituye una ácida parodia del mundo literario cuya acción se desarrolla en una geografía urbana barcelonesa en la que se suceden situaciones absurdas, perspectivas dislocadas y episodios esperpénticos. Villalobos trabaja con mucho material autobiográfico (Juan Pablo, el personaje, llega a Barcelona captado en México por una organización mafiosa) pero logra trascender su realidad con una colisión de géneros que van de la telenovela mexicana al melodrama sentimental, en cuya mezcla la voz del narrador es confrontada con el diario de su novia y con formas narrativas como el diario de su difunto primo o los correos de su madre.

- Paulina Flores, Qué vergüenza, Seix Barral, Barcelona, 2016.

Paulina Flores (Chile, 1988) fue galardonada en 2014 con el Premio Roberto Bolaño por el relato “Qué vergüenza”, que da título a este volumen, por el que ha recibido el Premio de Literatura del Círculo de Críticos de Arte a la mejor escritora novel. Su libro de relatos ha recibido, por otra parte, grandes elogios de la crítica especializada y también del público lector. Con esos nueve relatos se considera, pues, la gran revelación de las letras en Chile. No es de extrañar porque uno se queda admirado de la madurez literaria, a pesar de su juventud, de esta escritora. La crítica, que considera que con su primer libro “ha llegado para quedarse”, ya le ha buscado parentesco literario con Chéjov, McCullers o Munro. Desde luego no todos los relatos, que tienden en general a ser novelas breves, están al mismo nivel, e incluso el que da título al libro no es de los mejores, pero si uno lee, por ejemplo, “Talcahuano” o “Últimas vacaciones” se queda admirado de su maestría. De su capacidad para penetrar en la intimidad de unos personajes siempre muy vulnerables y frágiles. De su originalidad para mostrarnos los entramados de esa clase media que habita esos lugares periféricos.

- José Luis Pardo, Estudios del malestar, Anagrama, Barcelona, 2016.

Esta obra de José Luis Pardo (Madrid, 1944), subtitulada Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas, ha sido la ganadora del 44º Premio Anagrama de Ensayo. El conocido filósofo madrileño, quién ya fuera finalista de este Premio con su primer libro Transversales en 1977, analiza aquí las consecuencias de la erosión política e institucional sufrida en las sociedades contemporáneas por la crisis económica y el declive del Estado de bienestar. Pardo, catedrático de filosofía en la Universidad Complutense, ya había sido Premio Nacional de Ensayo en 2005 por la Regla del Juego. Desde entonces ha atesorado una experiencia, tanto profesoral como de escritura, que nos permite hablar de esta obra como de una obra de auténtica madurez en la que intenta ir más allá de las respuestas obvias y fáciles al problema del malestar dominante. Recupera así el valor de una filosofía que no sea vasalla de la política para pensar el acontecer actual con autonomía crítica, más allá de respuestas muy esquemáticas, y demasiado ideologizadas, que no logran mostrar el fondo de ese malestar. Para dar respuesta a esa cuestión Pardo hace un recorrido por la historia de la filosofía (Calicles y Sócrates, Hegel, Marx y Nietzsche, Foucault, Deleuze y Guattari, Carl Schmitt, Laclau y Badiou) para cuestionar el populismo, otro nombre del comunismo, es decir del viejo totalitarismo. A ello se añade el cuestionamiento de las vanguardias artísticas. Que pretendían disolver el arte en la vida. Se pregunta si no late aquí un deseo oculto de acabar con la política y con las instituciones democráticas que tanto tiempo y esfuerzos ha costado construir.

- Alain Finkielkraut, Lo único exacto, traducido del francés por Elena M. Cano e Íñigo Sánchez-Paños, Alianza editorial, Madrid, 2017.

Este reconocido filósofo y ensayista francés, desde abril de 2014 miembro de la Academia Francesa, ha presentado en el Instituto Francés de Madrid, su último libro, cuya edición en francés es ya de 2015. Consta de 67 piezas escritas entere 2013 y 2015. Autor de una obra muy amplia que en gran parte ha sido traducida en España es uno de los intelectuales franceses más implicados en los problemas sociales actuales, en denunciar “la barbarie del mundo moderno”. Lleva un programa radiofónico en France Culture e interviene muy a menudo en los medios de comunicación de su país. En esta obra, apoyándose en pensadores como Hanna Arendt, Albert Camus o Milan Kundera, analiza y reflexiona sobre distintos hechos de los últimos años tratando de entender lo que está pasando para comprender el desequilibrio del presente. “En una época que tiende a tomarse por otra (la vuelta a los años treinta), la exactitud se convierte en el objetivo principal del pensamiento”. Desde hace tiempo es un pensador muy polémico al que parte de la intelectualidad francesa y de la crítica lo tachó de “reaccionario”, sobre todo después de “La identidad desdichada”. Como muestra este libro se siente bien en el seno de una corriente intelectual de corte conservador pero “un conservadurismo que quiere salvar el mundo”.

- Gilles Kepel, El terror entre nosotros. Una historia de la yihad en Francia (con la colaboración de Antoine Jardin), traducción de Silvia Furó, Península, Barcelona, 2016.

Gilles Kepel (París, 1955) es un conocido y reconocido politólogo, especialista en el Islam y en el mundo árabe contemporáneo. Es uno de los mayores expertos europeos en yihadismo y autor de obras capitales sobre su historia y propagación. En España ya se han publicado muchas de sus obras. En 1994, con el libro Al oeste de Alá, predijo ya las convulsiones que iban a sufrir las sociedades islámicas y la violencia que éstas iban a generar en el mundo. En ésta, concretamente estudia en detalle los resortes políticos, sociales, psicológicos o religiosos de este movimiento que tiene en su punto de mira a una Europa en la que está enraizada y de cuyas debilidades se alimenta. Analiza con detenimiento los diez años trascurridos entre las revueltas de 2005 en los suburbios de París y los ataques contra “Charlie Hebdo”, la sala Bataclán de París y el Paseo de los Ingleses de Niza del verano pasado. Así puede mostrarnos como Francia ha visto escalar de forma imparable la tensión social, a la que han puesto rostro principalmente los adolescentes nacidos en el seno de familias inmigrantes llegadas al país durante el poscolonialismo. La marginación económica, social y política, entre otros factores, ha hecho que algunos de estos jóvenes hayan prestado atención al modelo islamista radical, inspirado en el salafismo, que desea la destrucción del “Occidente ateo”. Al cambio generacional en la Francia musulmana se suma la trasformación ideológica del yihadismo, revolucionado por las redes sociales. Todo ello ha creado el caldo de cultivo del que surgen los jóvenes combatientes franceses de la guerra de Siria y también aquellos que han perpetrado los ataques en suelo francés. A su vez reforzado por el crecimiento de la extrema derecha y la subida electoral del Frente nacional que refuerza la polarización social.


Arte: exposiciones

- En la Fundación MAPFRE, en su sala de fotografía de Bárbara de Braganza, se puede ver hasta el 4 de junio una importante exposición del gran fotógrafo LEWIS BALZ (Newport Beach, California, 1945-París, 2014). Esta es la primera retrospectiva internacional, y la primera en España, del fotógrafo estadounidense tras su fallecimiento en 2014. En la exposición, en cuya gestación participó el propio artista, se presenta la fotografía de Balz en su totalidad, a través de 400 piezas, desde sus primeras piezas en blanco y negro realizadas en los años 60 y 70 como The Prototypes Works hasta la obra en color y la exploración de nuevos lenguajes artísticos de los últimos años como en Ronde de Nuit o Venecia Marguera. Aunque en España parece desconocerse, Balz es uno de los fotógrafos más importantes y más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, y uno de los pocos artistas que, ya muy mayor, se arriesgó a experimentar, coherente con su profesionalidad, con los cambios habidos en la esfera visual. En la exposición se pueden ver en primer lugar sus años americanos a los que se presta mayor protagonismo a lo largo de sus diez series realizadas con una magnifica técnica, y luego sus años europeos ya que en 1989 se trasladó a Europa. Balz documenta muy bien en sus series americanas, impecables desde un punto de vista tanto formal como conceptual, la transformación de la naturaleza en paisaje humano degradado y al mismo tiempo muy cotizado en el mercado y ansiado por los museos. Su visión topográfica caótica del capitalismo. Por su parte, el comisario de la exposición, Urs Stahel, fundador y director durante muchos años del Fotomuseum Winterthur, nos dio muestras de su gran conocimiento de la obra del fotógrafo en su presentación, una de las mejores que recuerdo.

- En la Fundación Juan March, que sigue indagando en los artistas de la Bauhaus, se podrá ver hasta el 28 de mayo el trabajo del polifacético, poliédrico y caleidoscópico artista Lyonel Feininger (1871-1956), artista total donde los haya. Es la primera exposición en presentar en España una suerte de retrospectiva “concentrada” de la trayectoria de este artista americano y alemán, doble pertenencia que marcaría tanto su vida como su obra, maestro de la Bauhaus y una de las figuras más peculiares de la modernidad pictórica. Un artista que primero empezó en la caricatura con sus dibujos satíricos y sus viñetas publicados en revistas alemanas y francesas, tiras que se cuentan entre las manifestaciones más tempranas del cómic internacional. Luego pasó a la pintura aunque en sus primeros cuadros mantuvo todavía un vínculo con la caricatura. En 1919, Walter Gropius le invitó a formar parte de la Bauhaus junto con otros grandes maestros para que dirigiera el taller de grabado hasta su cierre en 1932 por las autoridades nacionalsocialistas. Con la llegada del nazismo, su arte fue tachado de “degenerado”. Allí trabajó la técnica del grabado en madera a la fibra lo que le permitió ahondar también pictóricamente en el juego de planos, de la que hay mucha muestra de obra gráfica en esta exposición. Una retrospectiva que reúne cerca de cuatrocientas obras y documentos procedentes de diversas colecciones públicas y privadas de Europa y Estados Unidos con los que se recorren tanto los diferentes medios en los que el artista trabajó -el dibujo, la gráfica, la pintura, la fotografía y la construcción de juguetes- como los principales motivos y temas de su obra. Una verdadera tesis doctoral sobre la obra de este gran artista que se puede visualizar en el magnífico catálogo.

- En el Museo Reina Sofía se puede ver hasta el 22 de mayo, organizada por The San Francisco Museum of Modern Art, y en colaboración con el Museo Reina Sofía, una importante exposición de Bruce Conne (McPherson, Kansas, 1933-San Francisco, 2008), uno de los artistas más importantes de la escena underground estadounidense de la segunda mitad del siglo XX. La primera exposición retrospectiva dedicada a este artista (Bruce Conner. Es todo cierto) que abarca toda su carrera y reúne cerca de 250 piezas realizadas en distintos medios como cine y video, pintura, assemblages (1958-1964), dibujo, grabado, collage, tapiz, fotografía, fotograma, arte conceptual y performance. Esta muestra nos permitirá conocer y entender, a través de sus obras más influyentes pero también de otras menos conocidas, como sus pinturas de los años cincuenta, la riqueza del trabajo de un artista que ha permanecido encasillado como un cineasta de vanguardia o como un representante de la contracultura de la Costa Oeste de Estados Unidos. Por ello, no representaba un papel central en la mayor parte de los relatos del arte contemporáneo del siglo XX. Una visión que ha empezado a cambiar profundamente en los últimos años sobre todo porque durante la última década el foco de atención del mundo del arte se ha desplazado hacia ciertas figuras que han surgido como inspiraciones para los artistas de hoy, debido a sus formas desafiantes de hacer arte. Todo ello ha originado la reconsideración de ciertos creadores inadvertidos, infravalorados o simplemente marginados, provocando un reconocimiento mayor de los logros de Conner. Aquí se han reunido piezas procedentes de museos de todo el mundo así como de diversas colecciones privadas. También se presentan por primera vez en varias décadas ciertas obras que han tenido un azaroso historial expositivo o que apenas se han expuesto, como el assemblage restaurado CHILD (1959), y trabajos que creó en los últimos años de su vida, después de “retirarse” oficialmente como artista.

- El Museo ICO ha presentado la interesante exposición Cámara y modelo. Fotografías de maquetas de arquitectura en España, 1925-1970, que se podrá ver en su sede hasta el 14 de mayo. En ella rinde homenaje a las maquetas de arquitectura moderna a través de sus fotografías y al papel de las maquetas y sus fotografías en la creación de la imagen de la modernidad arquitectónica española. La muestra reúne 138 imágenes, 14 álbumes y hojas de contacto, 20 revistas, 13 maquetas y una proyección, relacionados con la arquitectura moderna. Las fotografías que se exhiben, seleccionadas tras una ambiciosa labor de documentación, fueron realizadas por 35 fotógrafos durante más de 4 décadas, entre los que destacan Francesc Catalá-Roca, Kindel , Pando, Luis Lladó. Oriol Maspons, Julio Ubiña o Francisco Gómez, entre otros. Todos ellos retrataron las maquetas de proyectos destacados de los mejores arquitectos españoles del siglo XX, como Joseph Lluís Sert, Miguel Fisac, José Antonio Coderch, Francisco de Asís Cabrero, Javier Carvajal, Alejandro de la Sota o Fernando Higueras. La mayoría de las fotografías son documentos originales de la época. De esta forma se subraya la naturaleza documental de las piezas y se valora la necesidad de conservar y catalogar las fotografías de arquitectura, expuestas de lo contrario a su deterioro y extravío. Ha sido comisariada por Iñaki Berbera, Doctor Arquitecto por la Universidad de Navarra y Máster con Premio Extrordinario por la Universidad de Harvard, que desarrolla su actividad docente en la Universidad de Zaragoza. El comisario ha destacado que “la exposición no pretende tanto revisitar mediante otros instrumentos el devenir moderno de la arquitectura española como reflexionar sobre la construcción de la imagen de la arquitectura en un sentido amplio, a través de las maquetas como representaciones ciertamente conceptuales de lo que la arquitectura aspiraba a ser y singularmente mediante la documentación e interpretación visual que de ellas hace la fotografía”.

- En la Biblioteca Nacional se ha presentado una interesante y curiosa exposición, Patrimonio Flamenco. La historia de la cultura jonda, sobre la historia del flamenco. Se podrá ver hasta el 2 de mayo. Un flamenco viaje, a lo largo de 400 años, a través de libros, manuscritos, grabaciones, partituras, dibujos y pinturas, fragmentos de cine, fotografías o portadas de discos y carteles. Los fondos pertenecen en su mayoría a las colecciones de la Biblioteca Nacional y se completan con préstamos del Museo Picasso de Barcelona, el Museo Reina Sofía, la Fundación Cante de las Minas de la Unión y diferentes colecciones particulares. Los comisarios de la muestra, David Calzado y Teo Sánchez, han peinado los amplios fondos de la institución siguiendo el rastro flamenco de la ingente documentación. “Esta muestra es la celebración de la que posiblemente sea nuestra manifestación cultural más identificable y con más arraigo y adeptos en el mundo. Es muy difícil decir que hemos querido hacer una historia completa del flamenco pero logramos reunir y seleccionar 130 obras significativas, que abarcan un periodo de 400 años en un recorrido somero, aunque creemos que suficiente, ya que hay muchísimas personas que conocen el flamenco a retazos y tienen una visión muy parcial de lo que ha sido su trayectoria a lo largo de los tiempos”, señala David Calzado. “Es una exposición perfecta para el que no tenga gran conocimiento del flamenco. Permite conocer su origen”, apunta Teo Sánchez. En 2017 se cumplen 170 años de un libro, Escenas Andaluzas de Serafín Estébanez Calderón, de gran importancia en la historia del flamenco.

- En la Sala Canal de Isabel II se presenta hasta el 16 de abril la exposición de fotografía Campano en color que exhibe su obra más reciente e inédita. Presenta una amplia selección de fotografías en color de Javier Campano -prácticamente inédita en su mayoría-, junto con algunas obras de su vertiente más clásica y documental. La muestra está compuesta por todo tipo de soportes y técnicas utilizadas por Campano en una práctica fotográfica de más de 4 décadas: desde las series dedicadas a las escenas urbanas o la selección de polaroids con entidad artística propia- a pesar de su carácter preparatorio-, hasta un buen número de fotolibros o catálogos. Javier Campano Madrid, 1950), autodidacta, comenzó a dedicarse a la fotografía en 1975, época de transición política y efervescencia creativa y siempre estuvo en contacto con otros fotógrafos, pintores o músicos de esa generación que trataban de renovar el panorama artístico nacional con propuestas más libres y subjetivas. Campano es un fotógrafo que ha utilizado principalmente el blanco y negro para realizar su obra. Sin embargo, a partir de 2010 adopta definitivamente el color y la fotografía digital en la realización de una nueva línea de trabajo ampliando así su corpus creativo. Su mirada siempre ha sido la de un “flaneur” en cuyo trabajo abundan las ciudades y los interiores urbanos. Es autor de una docena de libros y ha realizado numerosas exposiciones entre las que destaca “Javier Campano. Hotel Mediodía” en el Museo Reina Sofía en 2004. En 2013 fue galardonado con el Premio Cultura, en la categoría de Fotografía, concedido por la Comunidad de Madrid. Esta amplia selección de su obra reciente está comisariada por Horacio Fernández y presenta diferentes series en las que el color y la poesía urbana son sus protagonistas.

Teatro: obras

- En la Sala Cuarta Pared de Madrid se ha presentado, por el grupo de teatro Vaivén, uno de las obras más emocionantes de la temporada, El último tren a Treblinka, en la que la obra sube al público al escenario para vivir el drama de un orfanato de Varsovia. Una vez más en Madrid el gueto de Varsovia como referencia del horror nazi y como ejemplo de resistencia ante aquella barbarie un orfanato, el Hogar de Huérfanos, fundado por el gran pedagogo polaco Janusz Korczak (1872-1942), precursor de los derechos de la infancia y de la educación moderna, y su ayudante Stefania Wilczynska, dónde se implicaba a los niños en la gestión de los centros. La idea de llevar al teatro esta historia como homenaje a la figura del doctor nació en 2012 (60 aniversario de su muerte), cuando Ana Pimenta, directora del grupo, se acercó a su biografía. Se reunió con Fernando Bernués y el autor Patxo Tellería para dar forma al montaje. Lo primero que definieron fue el espacio escénico, un espléndido espacio que sitúa al público en el centro de la acción. Está dirigido por Mireia Gabilondo y muy bien encarnado el personaje por Alfonso Torregrosa, acompañado de un conjuntado equipo de actores. la recreación del ambiente es formidable: tanto en el dormitorio-comedor colectivo creado por Fernando Bernués e Iñigo Lacasa como en el vestuario de Ana Turrillas y la labor musical muy documentada de Iñaki Salvador. Los espectadores, que a la vez hacíamos de niños del orfanato, pudimos vivir una emocionante e incesante experiencia teatral inmersiva.

- En la sala pequeña del Teatro Español se pudo ver un duro e intenso monólogo de Stefano Massini, Mujer no reeducable, muy bien dirigido por Lluis Pascual y muy bien interpretado por Miriam Iscla, acompañada de voces en off, sobre el asesinato impune de la periodista rusa Ana Politkóvaskaya. Un año después de este asesinato, el 6 de octubre de 2006, el autor, actual director artístico del Piccolo Teatro de Milán, escribió este texto sobre esa mujer definida por el Kremlin como “no reeducable”. El 7 de octubre de ese año 2007 se estrenó en Centro de Dramaturgia de Calenzano, con Luisa Cattaneo en el papel protagonista, acompañada por Roberto Gioffré. Ese mismo mes fue publicada en Edizioni Ubulibri. En Madrid, en la producción del Teatro Lliure, pudimos contemplar, en un espectáculo austero y seco, sin concesiones a la galería, otra inmersión teatral absoluta en el horror. Un descenso a los infiernos y una auténtica reflexión sobre la libertad de expresión y el oficio de periodista. Un viaje al precipicio de los horrores ruso-chechenos del siglo XXI, relatados por esa audaz mujer, la periodista más libre de Rusia asesinada en el ascensor de su casa. Putin prometió investigar pero, a fecha de hoy, el asesinato sigue impune. Impunes quedarán también la carnicería del teatro Dubrovka de Moscú y de la escuela de Beslan.

- En el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional se ha podido ver una importante obra de Arthur Millar, Las Brujas de Salem, adaptada por Eduardo Mendoza y dirigida por Andrés Lima. Una obra acorde con los trumpianos tiempos que vivimos. Una parábola teatral escrita en 1952 y estrenada en 1953 como expresión escénica de su oposición a la política del senador McCarthy. En ella establece un paralelismo entre lo que ocurrió, en 1692, en ese pueblo de EE.UU. del título y la caza de brujas organizada en EE.UU. en la Guerra Fría. En la época de la colonización, en un pueblo rural, con normas religiosas muy rigurosas se extendió el rumor de que algunas chicas estaban poseídas por el demonio que culminó en una ejecución a muerte de 25 personas, la mayoría de ellas, mujeres. Una obra de gran potencia dramática que no ha perdido luego su vigente denuncia moral y social. Ha sido, pues, un enorme acierto representarla ahora (antes se hizo una versión en catalán en el Festival Grec), tanto por el momento político que se vive en el mundo y los fundamentalismos religiosos como por la relación que se establece en el texto entre la política y los intereses económicos. La didáctica y eficaz dirección de Lima muestra con talento y lucidez los tiempos y nexos históricos. Concretamente, hace un guiño muy explícito a la Quinta Enmienda de la Constitución de EE.UU. y al derecho a no declarar si ello perjudica la propia inocencia y la propia libertad. Todo ello se desarrolla a la manera de un ritual litúrgico representado en un austero escenario de madera de Beatriz San Juan muy bien iluminado por Valentín Alvárez y cercado por la oscuridad. Las magnificas interpretaciones, destacando las de Lluís Homar, Borja Espinosa y Nora Navas, dan vida a esta historia que no se debe olvidar. “El grito de Proctor puede ser en el desierto, pero es el grito de un ser humano, y suena en un teatro”, señala Lima.

- En el Teatro del Barrio se pudo ver una comedia dramática escrita y dirigida por el autor y músico argentino Lisandro Fiks, 1982, Obertura solemne, un autor argentino hasta ahora, que yo sepa, desconocido en España. Por su cuenta y riesgo, en esta ocasión ha traído para estrenar en Madrid dos obras: ésta que comento y otra que no llegué a ver, Mala PRAXIS, que se representó en la sala El Umbral de Primavera. En la primera, tomando como eje la Guerra de las Malvinas, intenta mostrar que la violencia ciega sigue dominando en nuestra sociedad. En esta obra, en dos actos, un joven músico está intentando componer una sinfonía conmemorativa del 30º aniversario de las Malvinas, inspirada en la obra de Chaikovki que da título a la obra teatral, pero no logra pasar del primer movimiento. Una ráfaga de suerte, por medio de su cuñado Federico, le trae a un taxista excombatiente que tiene una experiencia directa de los hechos. Pero ese intento de reconciliarse con el pasado acaba en una explosión de violencia en la que nada valen las categorías de izquierda y derecha para establecer quienes son los buenos y los malos en esta historia. Un choque visceral y brutal entre clases sociales e ideologías (familia de izquierdas acomodada y taxista trabajador de extrema derecha) que roza la tragedia desde el humor. Las estupendas interpretaciones de Juan Luppi, Romina Fernandes y el mismo Fiks, como actor, acompañados de Christian Álvarez, dan vida a esta obra perturbadora en grado sumo que va ganando en fuerza dramática a medida que avanza.

- En el Fernando Fernán Gómez se pudo ver una obra de Benito Pérez Galdós, Tristana, en versión de Eduardo Galán y dirigida por Alberto Castrillo Ferrer, quién con esta obra pasa al drama después de varias comedias. Este teatro ha comenzado así a festejar su 40º aniversario con un estreno teatral rodeado de actividades culturales, incluida una pequeña exposición sobre su obra literaria y musical, en homenaje al escritor que escribió esta obra hace 125 años. Una obra que reivindicaba la poca independencia que la mujer tenía frente al hombre mostrando las frustraciones de una joven con ciertas ideas adelantadas para su época. La cuidada versión y el limpio montaje en diferentes espacios escenográficos han logrado traernos cerca a estos personajes del siglo XIX muy bien interpretados por Olivia Molina como Tristona, Maria Pujalte como Saturna, Pere Ponce como Don Lope y Alejandro Arestegui como Horacio. Es inevitable al ir a ver la obra acordarse de la película de Luis Buñuel, quién rodó tres películas sobre obras de Galdós, porque si en la novela el desenlace no es trágico en la película ella es una joven perversa que provocará la muerte de Don Lope. Por su parte, el escritor funde en el personaje de Tristana sus experiencias con la joven actriz Concepción Ruth Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán. Los paralelismos de aquella sociedad con la nuestra son evidentes sobre todo en la violencia de género aunque Tristana no sea feminista por lo que puede ayudarnos a reflexionar sobre la situación real de la mujer en la sociedad de hoy en día.

- En el Teatro de La Abadía se ha presentado una obra de un autor argentino, Santiago Loza (1971), uno de los autores más significativos de la postdictadura con casi 50 obras a sus espaldas. Esta pieza, He nacido para verte sonreír, ha sido dirigida por el ya reconocido director argentino Pablo Messiez, también autor y declarado admirador de Loza. “Me siento muy afortunado de dar a conocer por primera vez en España el teatro de Santiago Loza, uno de los autores más representados en Buenos Aires. Una voz singular, que toca el cuerpo, como muchas canciones populares”, declara. “Quedé impactado por la valentía de Santiago Loza al dejarse escribir y darle existencia a ese cuerpo lleno de contradicciones”, confiesa en el Programa de mano del Teatro. Sigue fielmente el texto del autor en su “celebración del misterio que todos somos. De la necesidad de aceptar ese misterio, sin pretender domesticarlo, para poder estar juntos”. En lo que se refiere a Messiez, en la cartelera madrileña, en cuestión de poco tiempo, se han representado “La piedra oscura”, “La distancia” y “Todo el tiempo del mundo”. Su dirección de este “melodrama de madre” contemporáneo como un gran bolero es muy meticulosa y sutil al tiempo. Sus actores, Isabel Ordaz como la madre, y Nacho Sánchez, como el hijo, se meten de lleno en sus papeles.


Cine: peliculas

- La película Moonlight me encantó y me pareció extraordinaria. Con un tema de pobres marginados negros, traficando con drogas y además con protagonista gay, me pareció maravillosamente anticomercial. Luego, y quizá porque no es una película con “mensaje”, la asimilaron los premios y la marca Calvin Klein. Pero la segunda película de Barry Jenkins, sin olvidar al magnífico coautor del guión Farell Alvin McCraney que es un reconocido autor teatral, me sigue pareciendo una bellísima e insólita película sobre el mundo hermético de un niño “autista” que solo se expresa con su mirada, que luego se hace adolescente y luego joven. Esta película tiene mucho de autobiográfico: la primera y la segunda parte proceden de una obra de Craney y la tercera es de Barry Jenkins. Ambos crecieron en un barrio violento al norte de Miami, Liberty City. He leído, en la columna de teatro de Marcos Ordóñez de “El País”, que McCraney fue acosado por ser “diferente” y que su madre, adicta al crack, murió de sida. Fue la que le despertó la pasión por la lectura y el arte. Blue, vendedor de drogas, que interpreta Mahershala Ali y que aparece en la figura de Juan, fue su padre suplente hasta que cayó abatido a tiros en una refriega. La evolución del personaje del niño a través de las tres etapas de su vida se expresa a través de elipsis tan naturales que dejan libre la imaginación de los espectadores. En la distancia aún me sigue maravillando la delicadeza y la sensibilidad de esta película nada ampulosa, nada forzada ni nada pretenciosa, que me atrae como un imán a pesar de la dureza de sus imágenes. Con una narración de guión que no tiene nada que envidiarle a las mejores series de televisión y con una cámara sincera y veraz ha logrado atraparme todo el tiempo sin desmayo.

- Otra película que me ha gustado mucho es Loving, quinto largometraje de de Jeff Nichols, uno de los directores más interesantes del cine norteamericano actual. Esta bella historia de amor interracial está basada en hechos reales y trata de la difícil integración de los afroamericanos en EE.UU. Transcurre desde finales de los años 50 hasta muy entrados los 60 en el Estado de Virginia y versa sobre la lucha por los derechos civiles reflejada en la imposibilidad del amor entre un hombre blanco y una mujer negra. Un momento de abogados idealistas de la oficina pro derechos civiles de Robert Kennedy. Una propuesta reivindicativa nada melodramática de poder amarse y convivir libremente como naturaleza esencial de los derechos civiles frente a las represiones de una sociedad con ideas y leyes segregacionistas. La película hace mención al apellido de familia de los personajes reales en los que está inspirada. Una película que coincide con el final de la era Obama y con la vuelta trumpiana a las cavernas a la que estamos asistiendo. Una película de gran belleza formal con un formato panorámico, una magnífica fotografía y una adecuada banda sonora, y sobre todo las sobrias y magníficas interpretaciones de Ruth Negga y Joel Edgerton hacen que esta película sea la más sobresaliente del director desde Take Shelter (2010). Estamos ante un buen ejemplo de puro cine clásico.

- Otra película muy interesante es la comedia de Maren Ade, Toni Erdmann, que además ha obtenido 5 premios del cine europeo 2016 (mejor película, mejor directora, mejor actriz, mejor actor y mejor guión). Una película alemana muy original y llena de humor. En el cine alemán esto es una excelente excepción ya que sus películas no se caracterizan precisamente por su sentido del humor. A pesar de sus virtudes y sus premios, no ha gustado, entre otras razones por su duración de tres horas, a todo el mundo. Estamos, pues, ante una comedia extravagante e insólita dónde las haya que bordea el ridículo y sale, a mi manera de ver, ilesa en el intento al convertirse en un relato imprescindible sobre el absurdo mundo en que vivimos. En una crítica feroz e hilarante a la estructura capitalista familiar y al mundo de las corporaciones (a partir de la parodia de la figura del capitalismo neoliberal de la figura del “coach”). Una agridulce comedia entre realista y surrealista, tan incómoda como divertida pero muy lúcida en su crítica a la manera estresada de vivir. Todo ello a través de una estructura episódica llena de “gags” que alcanzan su cumbre en la escena de la fiesta familiar rumana y en la de cumpleaños. Un magnífico trabajo de dirección de actores el de esta mujer bastante desconocida para nosotros.

- La película de animación, La tortuga roja, una coproducción entre Francia, Bélgica y Japón, es el primer largometraje del veterano cortometrajista y realizador publicitario Michael Dudok de Wit. Ha sido un encargo del legendario Studio Ghibli, fundado en 1985 por los increíbles directores japoneses de animación Miyazaki y Takahata, que es una cumbre de la animación dentro del cine mundial. Sus películas son las más reputadas por la crítica y respetadas por el mundo del cine. El amor, al amistad, la tolerancia y el respeto a la naturaleza son los valores marca de la casa de estos Estudios. Ahora el Studio Ghibli, dentro de esos parámetros, presenta su primera coproducción extranjera con un proyecto para el que han hecho falta diez años de esfuerzos. Han recurrido al holandés, galardonado con un Oscar al mejor cortometraje de animación por “Fhater and Daugther”, para realizar esta obra de belleza minimalista que nos muestra el ciclo de vida de un ser humano. Ha conseguido una película muy hermosa y pura en su texto y en su forma, todo ello, es muda, a pesar de no apoyarse en diálogos. Por lo tanto es un auténtico torrente de sugerencias que invitan a la imaginación del espectador a sumergirse en un mundo lleno de poesía. Así sin duda esta película se convierte en uno de los filmes más bellamente animados de la historia del audiovisual.

- Otra película del prolífico director François Ozon, Franz, que ya ha realizado después Jackie, fue estrenada en la 73 edición del Festival de Venecia y se pudo ver luego en el Festival de Cine de San Sebastián dentro de la Sección Perlas. Este drama antibelicista es una muy peculiar versión de una película dirigida por Ernst Lubitsch en 1932, titulada Remordimiento, el único drama sonoro del director. En esta ocasión, en sus saltos históricos, el director retrocede al final de la Primera Guerra Mundial y la acción se desarrolla en una pequeña alemana. Narra una dolorosa historia rodada en un bellísimo y pulcro blanco y negro, con episódicos subrayados en color. El cineasta construye, con ritmo pausado, una bella historia, un relato emotivo e intenso, sensible y elegante, en el que la música cumple un doble papel, no solo narrativo sino también simbólico. La actriz Paula Beer, bien acompañada por el actor Pierre Niney, es la auténtica revelación de esta película por su belleza deslumbrante y su talento refinado: la han comparado, por su gracia y belleza, con Romy Schneider. Por su parte, Ozon, con esta cinta magnífica, sutil, delicada y profunda, nos demuestra su madurez creativa. El ecléctico director siempre nos acaba sorprendiendo con sus nuevas películas, en este caso con una reescritura y subversión del melodrama tradicional.

- De cambio de registro también puede calificarse la última película del gran director Martin Scorsese, Silencio, adaptación de una película histórica de Shûsaku Endô ya llevada al cine por Masahiro Shinoda. Los protagonistas de esta última película de Scorsese son dos jesuitas portugueses que se infiltran en el Japón del siglo XVII para contactar con los cristianos cruelmente perseguidos en ese país y para cerciorarse de si su compatriota misionero, ejemplo para ellos, ha apostatado de su fe. Esta experiencia cinematográfica, y sin duda vital, le ha llevado nada menos que 25 años para lograr llevarla a cabo pero sin duda ha alcanzado una de las cimas de su cine. Estamos, pues, ante una de sus mejores películas aunque no del gusto de todos los críticos. El director ha realizado una película con un discurso muy árido por su temática reflexiva sobre las creencias como fundamento básico de nuestra identidad con una tortuosa indagación en la fe (en este caso católica). Además, su larga duración de casi tres horas no está a su favor pero si somos capaces de resistir el apasionante embate es fascinante el envite. A ello ayuda la fotografía de Rodrigo Prieto y las magníficas interpretaciones de sus actores, especialmente la de Andrew Garfield y las escasas intervenciones de Liam Nelson.


Musica: conciertos

- El ciclo de IBERMÚSICA nos trajo a Madrid dos maravillosos conciertos de la Orchestre de la Suisse Romande, cuyo Director Titular y Artístico, desde enero de 2017, es el conocido director Jonathan Nott (1962), tantos años al frente de la Sinfónica de Bamberg. El programa incluía, en su serie Barbieri, un concierto dedicado íntegramente a Beethoven (1770-1827). En su primera parte, con un Concierto para piano y orquesta núm 4, en Sol Mayor, op 58, en el que el solista era el pianista Nelson Goerner. Se armonizaron bien el solvente director, la conjuntada orquesta y el buen pianista que es el argentino. En la segunda parte, con su Sinfonía núm 5, en Do Menor, op 67, el hábil director y la equilibrada orquesta llevaron a buen puerto esta potente sinfonía que expresa la eterna lucha del hombre contra el destino. En la propina se lucieron con el bello finale del “Concert Romanesc” de Ligeti.

- En el segundo día, en su serie Arriaga, nos ofrecieron, en la primera parte, la Sinfonía núm 5. Si Bemol Mayor, D. 485, de F. Shubert (1797-1828), en una composición casi camelística, heredera de Haydn o Mozart, que no acabó de alcanzar su punto. Pero que sí fue alcanzado, en la segunda parte, a tono con la primera por la influencia de Shubert en Mahler, con la Sinfonía núm. 1, en Re Mayor, conocida como “Titán”. Una obra, como se sabe, de juventud pero que ya contiene todos los elementos que van a definir toda su obra. Está muy bien estructurada, con un largo comienzo bien diseñado, en los cuatro movimientos, hasta la apoteosis liberadora final que va a establecer un modelo para su obra posterior como trayecto hacia un final liberador. Están presentes también los temas yuxtapuestos que incluyen melodías populares.

- El público, que llenó el Auditorio los dos días, aplaudió con entusiasmo el buen hacer de los músicos. Y lo hizo a rabiar en el complemento de este programa que fue el concierto que ofrecieron, al día siguiente, Leonidas Kavakos y Yuja Wang. En una primera parte con L. Janacek (1854-1928) con Sonata para violín y piano y con F. Shubert con Fantasía para violín y piano, en Do Mayor, D. 934. En la segunda parte, con C. Debussy (1682-1918) con sonata para violín y piano y B. Bartok (1881-1945) con Sonata Núm. 1, para violín y piano. Bartók culminó una noche de buena música en la que no faltó la propina.

- La FILARMÓNICA nos trajo, en la celebración de su quinto aniversario, la compacta Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky, una de las formaciones musicales más antiguas de Rusia, dirigida por uno de los grandes directores del momento, Valery Gergiev. Este director temperamental y autoritario puede trabajar sin parar, tanto que le tachan de estajanovista, pero a la vez es una batuta creativa y flexible. Claro está, nos tocaron un programa ruso completamente ruso. En la primera parte del programa, La suite de “El cuento del Zar Saltán”, op. 57 (1901) de Nikolai Rimski-Korsakov (1844-1908) y la Rapsodia sobre un tema de Paganini en la menor, op. 43 (1934), con la compañía al piano de un buen solista, el joven y premiado Sergei Redkin. Y El lago encantado en Re Bemol Mayor, op. 62 (1909) En la segunda parte, las Danzas sinfónicas, op. 45 (1940) de Sergei Rachmaninov (1873-1943). Una velada mayor con un público entregado que recibió una magnifica propina de Gergiev: final de “El pájaro de fuego” de Stravinski.

- El ciclo de SCHERZO nos trajo, además del gran pianista Danil Trifonov, al maestro Gregory Sokolov (San Petersburgo, 1950), un auténtico virtuoso del piano ya muy conocido por estos pagos y por el público madrileño que siempre lo recibe entusiasmado. Es la máxima referencia pianística de la actualidad musical. Cuando toca suele repetir, del principio al final del concierto, una liturgia que adoran sus fieles espectadores: ejerce de celebrante sobrio e impasible siempre en una penumbra alejada de los focos. Este pianista puede tener un día muy bueno o simplemente bueno pero nunca decepciona. En su gira por España que comenzó el 12 de febrero viaja, acompañado de su afinador Patrick Hinves, con sus dos pianos Stenway. En Madrid, en la primera parte, tocó sin pausa la Sonata en Do mayor K. 545 (1788) de W. A. Mozart (1756-1791), la Fantasía Nº 4 en Do Menor K 475 (1785) y la Sonata para piano Nº 14 en Do Menor l 457 (1784) con una delicadeza y sensibilidad admirable. En la segunda parte, el plato fuerte, la Sonata en Mi Menor n. 27 Op. 90 (1814) y la Sonata en Do Menor n. 32 op. 111 (1822) de L. Van Beethoven. Como siempre, al final, muchas propinas del gran maestro, lento pero incansable en su ademán.

- En el ciclo de JUVENTUDES MUSICALES tuvimos la oportunidad de oír a la Tatarstan Nacional Symphony, la antigua y meritoria orquesta de la República Tártara Autónoma Socialista Soviética, dirigida por su conocido, sobre todo a partir de los festivales internacionales, director Alexander Sladkovsky, una batuta clásica muy sentida. El programa fue ruso en sus dos partes: Rachmaninov. En la primera parte ofreció el Concierto para piano nº 3, en Re menor, Op. 30 de S. Rachmaninov (1873-1943). Con un primer tiempo formidable, tenía además el aliciente de una de las grandes estrellas en el panorama internacional, el pianista Denis Matsuev, uno de los pianistas más solicitados de su generación. Se produjo una gran conexión entre el director y el pianista que ofreció un magnífico recital y, además, dos preciosas propinas, la segunda más alegre y movida. En la segunda parte, tocaron la Sinfonía nº 2, en Mi menor Op, 27 del mismo compositor que se nota que conocen muy bien., una pieza muy bien estructurada, nostálgica y de hondo lirismo. La orquesta ofreció al final varias propinas y el público estaba encantado con esta orquesta que venía de tierras tan exóticas.

- La ORCAM nos ofreció en esta temporada interesantes conciertos como el de Christian Zacharias como director y pianista, uno de los pianistas y directores más importantes del mundo, además de un gran pensador musical. En la primera parte del concierto, nos ofrecieron Nänie, op.82 de J. Brahms (1833-1897) sobre los versos de Schiller para coro mixto y orquesta. Zacharias, como siempre muy meticuloso en su trabajo, con partitura y sin batuta, muy gestual, le sacó lo mejor a la Orquesta y al Coro de la Comunidad de Madrid. Al final tuvo el detalle de ir a alabar el trabajo del Coro hasta su sitio, e incluso le aplaudió. Como el programa era corto, Zacharias le añadió un pequeño recital de 10 minutos al piano de música de Shumann a la ya programada Introducción y Allegro Apassionato, Op. 92. de R. Shumann (1810-1856). En la segunda parte, tocaron la Sinfonía n3, en la menor, op. 56, “Escocesa”, muy oída por estos pagos en otros conciertos, de F. Mendelssohn (1809-1847), una verdadera muestra de la transición entre las estéticas de la música clásica y de la romántica. Consta de los cuatro movimientos tradicionales del molde sinfónico que el compositor indicó, su aspiración, que se ejecutaran sin pausas entre ellos. ¡Hay que alabar sin duda el trabajo de los vientos!