Trasversales
Centro Palestino de Derechos Humanos

Condena de las medidas del gobierno israelí contra la mezquita de Al-Aqsa

Revista Trasversales número 41 junio 2017 web

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Traducido por Trasversales a partir de la versión en inglés




El Centro Palestino de Derechos Humanos (PCHR) condena las medidas adoptadas por el Gobierno israelí contra la mezquita de Al-Aqsa en la Jerusalén ocupada.

Estas medidas han incluido el cierre de la Mezquita, la prohibición del rezo y la detención e interrogatorio de docenas de empleados del Departamento Awqaf de asuntos y bienes religiosos islámicos de Jerusalén, así como de guardas de la mezquita y del Gran Muftí de Jerusalén.

El PCHR resalta que estas medidas son parte de las políticas israelíes aplicadas para crear una mayoría judía en la ciudad y parte también de la política de castigos colectivos en el territorio palestino (oPt), práctica prohibida por el derecho internacional humanitario.

El PCHR hace un llamamiento a la comunidad internacional, en particular a los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y a las Altas Partes Contratantes de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949 para que cumplan con sus obligaciones morales y legales de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas y la Convención mencionada, tomando todas las medidas disuasivas precisas contra las graves violaciones cometidas por el gobierno israelí en el territorio palestino. El PCHR pide también a la comunidad internacional que obligue a Israel a detener las medidas tomadas con la intención de crear una mayoría judía en Jerusalén Este, que es parte integral del oPt.

Según las investigaciones del PCHR, el viernes 14 de julio de 2017 tuvo lugar un enfrentamiento armado en los accesos a la mezquita de Al-Aqsa entre tres palestinos de la ciudad de Um al-Fahm y la policía israelí permanentemente estacionada en las puertas de la mezquita. Como resultado, murieron dos policías israelíes y los tres palestinos. Después, decenas de soldados israelíes, policias y miembros de los servicios de inteligencia atacaron la mezquita y la rodearon completamente. Negaron el acceso de los palestinos a la mezquita y confinaron a los empleados de Awqaf en habitaciones de la mezquita, confiscando sus teléfonos móviles; algunos de ellos fueron interrogados. Las fuerzas israelíes cerraron todas las entradas a la Ciudad Vieja con vallas metálicas y advirtieron a la población de que sólo podrían entrar los residentes de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, decidió cerrar la mezquita y prohibir las llamadas a la oración (Adhan) y la oración del viernes. Más tarde, ese mismo día, emitió otra decisión para cerrar completamente la mezquita hasta el domingo 16 de julio de 2017, día en el que el gobierno israelí celebra su sesión semanal. El Adhan fue prohibido en la Mezquita por segundo día consecutivo.

A mediodía del viernes 14 de julio de 2017, cientos de fieles musulmanes se reunieron en las entradas de las puertas exteriores a la mezquita para realizar la oración del viernes en las calles y vías públicas. Cuando terminó la oración, las fuerzas israelíes detuvieron al Gran Muftí de Jerusalén, el jeque Mohammed Hussein, durante unas pocas horas y luego lo liberaron bajo fianza de 10.000 nuevos séqueles [unos 2400 euros]. Las fuerzas israelíes también arrestaron y se llevaron a 58 guardias de la mezquita y a empleados de Awqaf para ser interrogados en el centro de policía de al-Muskubiya en Jerusalén Oeste. Posteriormente fueron liberados, pero tres de ellos siguieron siendo investigados tras extender su detención hasta el lunes 17 de julio de 2017. Las personas aún detenidas fueron identificadas como Ayman al-Khaldi; Majed al-Tamimi y Tariq Sandouqah.

El Departamento Awqaf informó de que, tras una intervención jordana, las autoridades israelíes permitieron que el jeque Omer al-Keswani, director de la Mezquita de Al-Aqsa, entrara en ella ayer a medianoche. Recorrió algunas de sus instalaciones, pero no se le permitió quedarse. El Departamento agregó que las fuerzas israelíes desplegadas en la mezquita de Al-Aqsa continúan por segundo día consecutivo saqueando las instalaciones de la mezquita, como oficinas, clínicas, el museo, la biblioteca y el centro contraincendios, además de romper las puertas cerradas.

El PCHR condena las recientes medidas del gobierno israelí contra la mezquita de Al-Aqsa, ya que violan la libertad de culto y forman parte de las políticas de castigo colectivo contra civiles. Así, el CHR recuerda a la comunidad internacional la violación por las fuerzas israelíes del Cuarto Convenio de Ginebra de 1949 relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra.

Protesta por represión gobierno israelí


A la luz de lo anterior, el PCHR:

- Subraya que Jerusalén Oriental es un territorio ocupado y que todas las medidas adoptadas por las autoridades israelíes tras la ocupación de 1967 no modifican este estatuto jurídico.

- Pide a las Naciones Unidas que trabajen en la protección de los civiles en el oPt en general y en Jerusalén Este en particular para garantizar su libertad de venerar y proteger sus lugares sagrados.

- Pide a las Altas Partes Contratantes en los Convenios de Ginebra que garanticen el compromiso de Israel, como Estado Parte en ellos, de aplicarlos en el oPt, en particular en Jerusalén Oriental.


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