Desde
el
jueves 28 de diciembre el pueblo iraní participa en
amplias protestas contra el gobierno del despotismo
religioso en Irán. Estas protestas han continuado con
fuerza en decenas de ciudades iraníes, de norte a sur
y de este a oeste del país. Las protestas comenzaron
con lemas contra la pobreza, el aumento de precios y
el desempleo, sin poner aún en cuestión a la República
Islámica como el principal destructor de la vida de la
gente.
En el tercer día de
protestas se han producido choques entre las fuerzas
gubernamentales y las y los manifestantes; varias
personas han sido asesinadas o heridas por disparos
policiales en la ciudad de Dorud, provincia de
Lorestán. A esos actos de violencia se ha respondido
atacando centros de represión gubernamental y
prendiendo fuego a las imágenes de Jomeini y Jamenei
como símbolos del sistema, gritando también
consignas contra Jamenei y Rouhaní y contra el
gobierno y sus dos facciones.
La fundamental verdad es
que el pueblo iraní no quiere la República Islámica,
como se ha expresado a través de lemas como "¡Abajo
la República Islámica!", "¡Muerte a Jamenei y
Rouhaní!", "¡Muerte al dictador!" y "Pan, empleo,
libertad!". Están participando en estas
manifestaciones muchas personas que han sufrido
presiones económicas y políticas o la injusticia
religiosa, así como mujeres privadas de sus derechos
más básicos. Estas protestas son la respuesta
legítima a treinta y nueve años de privaciones,
desposesiones, pobreza, ofensas, ejecuciones y
torturas. La gente quiere derrocar a este gobierno y
establecer un Estado no religioso, libre y laicista
que garantice el bienestar de las personas y la
igualdad de derechos para las mujeres y que se
comprometa con todos los derechos políticos y
civiles de los ciudadanos.
La participación activa
de las mujeres en estas manifestaciones es un
aspecto importante y sobresaliente de estas
protestas. Las mujeres también estuvieron a la
vanguardia de las protestas de millones de iraníes
que desafiaron al gobierno del apartheid sexual en
2009. Un día antes del inicio de las recientes
protestas en Irán, una joven en la avenida Enghelab
en el centro de Teherán, en protesta por el velo
obligatorio, se quitó el pañuelo y lo ondeó en el
aire como pancarta. Y ahora, en defensa de los
derechos de las mujeres, hay llamamientos ha
descubrir sus cabezas quitándose esos símbolos de su
opresión.
Pedimos apoyo para las
justas protestas de las valientes personas, mujeres
y hombres, que se han movilizado en Irán. Mostremos
solidaridad participando en los encuentos que se
organizarán en varias ciudades en apoyo a la lucha
del pueblo iraní. Presionemos a los gobiernos
europeos para que desistan de hacer concesiones a la
República Islámica, corten sus lazos diplomáticos
con ese gobierno y cierren sus embajadas; para
exigir la liberación de los presos políticos y de
las personas arrestadas en las recientes
movilizaciones, y para condenar la reacción violenta
del gobierno islámico. La República Islámica es un
bastión importante del movimiento reaccionario y
terrorista del "islamismo político". Su
derrocamiento en Irán, en un corto período de
tiempo, acortaría la duración de este feroz
movimiento en otras partes del mundo.
El pueblo iraní merece
apoyo en todo el mundo.
31 de diciembre de 2017