Trasversales
Teresa Mollá Castells

La huelga de mujeres

Revista Trasversales número 43 febrero 2018

Teresa Molla es autora del blog Mujeres sabias y brujas, espacio para reflexionar, expresar y compartir opiniones respecto de temas relacionados con feminismos e igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres.

Otros textos de la autora en Trasversales

Incluimos aquí dos textos de Teresa Mollá Castells hacerca de la huelga de mujeres del 8 de marzo, escritos el 11 y el 25 de febrero de 2018



Por la huelga feminista del 8 de marzo

Esta semana pasada compartía en redes sociales un vídeo en donde algunas compañeras feministas llamaban a la huelga de mujeres del próximo 8 de marzo. En el texto que acompañé para compartir ese vídeo comparé la huelga con un beso. Y me explico.

Al menos para mí y desde siempre, cada beso no dado es un beso perdido. Y los besos de los que hablo no han de ser necesariamente besos de amor de parejas. Siempre que hablo de besos, los considero todos importantes: los de pareja, los de amistad, los familiares, etc. Bueno pues si considero que cada beso no dado es un beso perdido, con las huelgas me ocurre lo mismo, que una huelga no seguida es una oportunidad de cambio perdida.

Llevo en el mundo laboral desde octubre del año 1983, y desde aquel día he secundado todas y cada una de las huelgas a las que he sido convocada. Todas, sectoriales o generales. Como sindicalista de CCOO o como trabajadora de la Generalitat Valenciana. Porque como he dicho antes soy consciente de que con cada huelga se pretende cambiar a mejor algunas políticas, o parar algunos recortes llamados reformas laborales, por ejemplo.

Ahora estamos convocados todas y todos a una huelga el próximo 8 de marzo. Una huelga promovida por el movimiento feminista al que se han ido sumando diversas organizaciones y sindicatos y ya superan las 300 adhesiones. Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT han convocado paros parciales de dos horas por cada turno. Otros sindicatos como Intersindical han convocado paros de veinticuatro horas. Pero más allá del tipo de huelga que cada cual quiera seguir, lo realmente importante, al menos para mí, son los motivos que, por supuesto, me llevarán a secundar esta huelga.

Motivos podríamos decir que hay tantos como mujeres, puesto que todas las mujeres del mundo estamos sometidas a la feroz alianza entre el capitalismo y el patriarcado. Nos usan como material productivo y reproductivo, nos pagan menos por hacer el mismo trabajo, somos quienes tenemos "adjudicados" los trabajos de cuidados de personas mayores, menores y dependientes, coartan nuestras libertades reproductivas e incluso en algunas zonas del mundo seguimos sin tener derechos de ciudadanía, somos las que mayoritariamente nos encargamos de los trabajos domésticos llegando a tener dobles y triples jornadas laborales y así los motivos podrían llegar a ser infinitos.

Pero voy a centrarme en algunos de los que considero más importantes, porque esta huelga va mucho más allá de ser un paro laboral. Pretende ser una huelga en donde paremos en todo y para todo. Paremos de trabajar en nuestros centros de trabajo en donde continua habiendo una brecha salarial de cerca del 24%, lo que repercute no solo en los salarios actuales, sino también en las pensiones futuras.

Paremos de cuidar ese día para que el mundo se entere de quiénes están realizando mayoritariamente ese trabajo y casi siempre de forma altruista y obsequiosa.

Paremos de estudiar y de acudir a clases, porque el sistema educativo actual está invisibilizándonos a las mujeres y las aportaciones que hemos podido realizar, pero también reproduciendo estereotipos para que el sistema opresión-dominación siga funcionando. Además de seguir ocupando espacios físicos y simbólicos segregados para niñas y niños, mujeres y hombres.

Paremos y manifestémonos para visualizar la intencionada paralización de la puesta en marcha del Pacto de Estado contra las violencias machistas y de género que está llevando a cabo el gobierno del PP al tiempo que intenta un chantaje continuado para que el resto de partidos les apoyen unos presupuestos nada sociales y sin ninguna perspectiva de género. Nos queremos vivas, libres y unidas por la igualdad. Nos queremos todas y a todas nuestras criaturas con vida y con dignidad, libres de violencias de cualquier tipo.

Paremos para exigir no solo la derogación de las últimas reformas laborales, también un diálogo social que permita un avance en las negociaciones de planes de igualdad en las empresas, de medidas de acción positiva que permitan eliminar desigualdades, de políticas activas de empleo, de que la igualdad pase a formar parte de las prioridades de las agendas de las inspecciones de trabajo.

Paremos todas y todos porque, en definitiva somos más de la mitad de la población y hemos de forzar un avance para mejorar nuestras condiciones de vida integrales.

Paremos porque si nosotras paramos, podemos parar el mundo.

Paremos para visibilizar nuestra rabia y nuestro dolor pero también para que nuestras propuestas sean escuchadas y nuestras voces no sean silenciadas.

Paremos para erradicar el miedo de nuestras vidas. Miedo a caminar solas por las calles, a vestir de la manera que queramos, a ser agredidas y culpadas o cuestionadas por ello.

Paremos para recuperar nuestras vidas y nuestro derecho a una vida libre de miedos y con libertades de primer orden, porque no somos ciudadanas de segunda.

Paremos para que nuestros cuerpos no sean cosificados, hipersexualizados, usados co­mo vasijas, consumidos y tratados. Somos per­sonas completas y no somos cosas. Rechazamos cánones de belleza impuestos por un capitalismo feroz que impone modelos insanos y generadores de trastornos alimenticios.

Paremos para que se investigue en mejorar la salud de las mujeres y en desmontar el mito que las enfermedades no tienen género. Lo tienen y lo sabemos. Queremos mayores inversiones en investigación sobre el impacto de las enfermedades en los cuerpos de mujeres y niñas.

Esta huelga, al menos para mí, aúna dos conceptos fundamentales para el avance de las sociedades. Son el propio concepto de huelga como herramienta que permite avances sociales o freno de recortes. Y el concepto de feminista que permite visualizar las desigualdades entre mujeres y hombres en todos los órdenes sociales y da herramientas para combatirlas.

Precisamente por eso esta huelga feminista va mucho más allá de ser un paro laboral. Ha de ser un paro social e integral para poner de manifiesto que las mujeres contamos, somos y estamos, pero no nos gusta cómo se nos está tratando en ningún sentido.

Demos una lección de dignidad y de valentía al mundo y a nuestras criaturas enseñándoles que podemos parar el mundo para convertirlo en un poco más igualitario, equitativo y justo, en donde todas las personas tenemos los mismos derechos más allá de nuestro sexo.

Porque nos queremos #VivasLibresUnidas por la Igualdad, yo el 8 de marzo secundaré la huelga feminista.

Porque una huelga no secundada es como un beso no dado, una oportunidad perdida. Y tú, ¿te la vas a perder?

Ontinyent, 11 de febrero de 2018


Ni insolidarias, ni elitistas

Sabido es que las mujeres del Gobierno de Mariano Rajoy no se caracterizan por su pensamiento progresista ni feminista. Son mujeres que defienden a capa y espada el patriarcado que las humilla y machaca, a pesar de que les haya cedido algunos espacios de cierto poder político. Y les ha cedido ese espacio entre otras cosas, porque las necesita dóciles para representar lo que es sólo apariencia de igualdad.

Esta estrategia que se utiliza en algunas organizaciones no es nueva. Utilizar a algunas mujeres para atacar al resto de mujeres y a las movilizaciones que plantean las sufrieron nuestras antecesoras las sufragistas, por ejemplo.

En esta ocasión ha sido la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, la que ha asegurado que su manera de celebrar el día de la mujer el próximo 8 de marzo es trabajando, "con una huelga a la japonesa demostrando las capacidades que tenemos las mujeres en nuestro país". La ministra no debe recordar aquello de las dobles e incluso triples jornadas que nos toca realizar a muchas mujeres del Estado Español tengamos o no tengamos empleos remunerados y que, por lo tanto, esa huelga a la japonesa que ella propone para contrarrestar la que se está organizando por el movimiento feminista, la hacemos cada día. Y precisamente por eso queremos parar, para que se note que cada día, las mujeres de todo el mundo movemos el mundo con nuestros trabajos tanto retribuidos como no retribuidos.

Tradicionalmente los partidos que gobiernan y que, por tanto tienden a alejarse de las necesidades reales de la ciudadanía, suelen temer a los grandes movimientos sociales como las huelgas generales. Ahora el PP está demostrando su temor al paro de mujeres del próximo 8 de marzo. Y lo teme, precisamente porque desde su visión patriarcal de las sociedades, es consciente de la parálisis que supondrá este paro general de las mujeres. Porque no se trata solo de un paro laboral, no. En esta ocasión se pretende ir más allá y que sea un paro laboral, de consumo, de cuidados, de estudiantes, de docentes, etc, porque el objetivo del paro es visibilizar todo el trabajo que realizamos cada día las mujeres y que no se valora, precisamente porque lo realizamos diariamente las mujeres.

El PP, en su argumentario para rebatir nuestras reivindicaciones habla de insolidaridad y de elitismo. ¿Precisamente ellas y ellos que han promovido reformas laborales que nos empobrecen todavía más a las mujeres son capaces de hablar de insolidaridad?. De verdad que es para echarse a reír, si no fuera por las consecuencias de sus decisiones políticas y que muy bien conocemos las mujeres.

¿Ellas y ellos que con sus rescates a bancos y amnistías fiscales han promovido un grado de desigualdad entre quienes más tienen y las personas con menos recursos e incluso promoviendo la llamada pobreza de la gente con empleo? De verdad que a veces se tiene que escuchar algunas cosas que dan ganas de responderles desde las barricadas.

Nos dicen que con esta huelga "se pretende romper nuestro modelo de sociedad occidental", que es "irresponsable" o que "apuesta por el enfrentamiento entre mujeres y hombres". A ver señoras y señores del PP, con los paros generales siempre se pretende cambiar alguna cosa que resulta opresora para el conjunto de la ciudadanía. Y, por tanto y en este caso, se pretenden cambiar algunas cosas, como por ejemplo el hecho de que el trabajo doméstico pase a ser realmente una corresponsabilidad familiar y no recaiga prácticamente todo sobre las espaldas de las mujeres. O que haya un mayor compromiso en las tareas de los cuidados. O que se tomen medidas efectivas para erradicar la brecha salarial de género y que ya ronda el 30% por el mismo trabajo realizado por mujeres y hombres. O que se pongan en marcha las medidas del pírrico Pacto de Estado contra las violencias machistas para que dejen de asesinarnos por haber nacido mujeres. Que se implante un verdadero sistema coeducativo para evitar desigualdades desde las edades más tempranas. Que se invierta en investigación sobre la salud de las mujeres y no solo se estudien las etapas de embarazos y lactancia. O algo tan súper sencillo, a ustedes que les gustan tanto las leyes, como aplicar y hacer cumplir Leyes Orgánicas ya aprobadas como la 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, o la 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.

No señoras y señores del PP, no pretendemos ningún enfrentamiento entre mujeres y hombres. Ese discursos segregador y bélico es suyo. Nosotras pretendemos hacerles ver, con dignidad, que las mujeres somos el 52% de la población mundial y que invisibilizando nuestro talento y nuestro trabajo, el modelo de sociedad occidental del que ustedes hablan sencillamente no existiría. Porque estamos, somos, construimos, aportamos, y se nos convierte en invisibles de manera deliberada. Y queremos hacer ver todas nuestras aportaciones para la construcción de sociedades más equitativas, más solidarias, más sostenibles y sobre todo más respetuosas con algo más de la mitad de la población mundial que somos las mujeres y las niñas.

Porque no queremos que nuestros cuerpos sean usados como mercancías para gestar para otras gentes. Porque no queremos que tampoco sean usados como objetos para la trata con fines de explotación sexual. Porque no queremos que nos asesinen por ser mujeres. Porque queremos ser totalmente libres para elegir nuestras maternidades. Porque queremos dejar de tener miedos atávicos a ser agredidas por la calle. Porque tenemos derecho a vivir una vida plena y digna, libre de cualquier tipo de violencia, incluso de la que ustedes ejercen sobre nosotras cuando legislan sin tener en cuenta ninguna perspectiva de género, con lo cual el sistema con el que lo hacen sigue siendo patriarcal.

No les acepto que nos llamen insolidarias y elitistas a quienes vamos a secundar la huelga feminista del próximo 8 de marzo. Y no se lo permito, porque precisamente lo que buscamos es acabar con ese elitismo patriarcal que ustedes se empeñan en mantener y fomentar la solidaridad entre las mujeres. Porque todas aportamos para construir sociedades más justas y equitativas. No como ustedes que se empeñan en enfrentarnos.

Buscamos ser sóricas y solidarias y su pobre discurso de manual barato no va a conseguir desbaratar nuestra fuerza que es a lo que realmente tienen miedo. Si señoras y señores del PP, ustedes temen que demostremos que con un paro general, las mujeres podamos parar el mundo. Y eso les asusta en demasía.

Espero y deseo fervientemente que el próximo 8 de marzo, la huelga feminista sea un éxito y les podamos demostrar que estamos aquí para cambiar las cosas. Porque ustedes acabarán yéndose de la política (esperemos que a no mucho tardar), pero las mujeres comprometidas social y políticamente con el resto de mujeres y niñas seguiremos porque nos vamos relevando generacionalmente, hasta que una sociedad realmente igualitaria, equitativa y justa sea una realidad.

Porque nos queremos #VivasLibresUnidas. Por esto tan sencillo, nos plantamos el próximo 8 de marzo con una #HuelgaFeminista.


Ontinyent, 25 de febrero de 2018