Trasversales
Virgínia Fontes

El proto-fascismo: núcleo central del gobierno Bolsonaro

Revista Trasversales número 46 febrero 2019

Original en portugués: https://esquerdaonline.com.br/2019/01/08/o-nucleo-central-do-governo-bolsonaro-o-proto-fascismo/



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El gobierno implantado en 2019 y presidido por Jair Bolsonaro tiene un sesgo nítidamente proto-fascista, sostenido principalmente sobre un anticomunismo primario que considera a todas las demás fuerzas sociales como presas para su "caza de brujas". El lema Dios, patria y familia, utilizado por exponentes del nuevo gobierno, recuerda tanto al viejo integralismo (fascismo a la brasileña, fundado en 1932 y que desaparece en la década de los años setenta, con sus militantes absorbidos por otros partidos) como a la divisa de la hiper reaccionaria Tradición, Familia y Propiedad (católica), que renace de las cenizas tras estas elecciones, contando con un grupo paramilitar que lleva a cabo rituales de destrucción de banderas antifascistas en universidades públicas.
El carácter del nuevo gobierno no significa que se haya implantado en Brasil un régimen fascista, pero evidencia que hay fuertes tendencias en esa dirección, cuyo despliegue dependerá del marco de resistencia y enfrentamiento nacional, así como de las tensiones internacionales. Algunos rasgos principales diferencian la situación brasileña actual del fascismo clásico (1):
- El extremo liberalismo económico, contrapuesto al clásico corporativismo fascista. Es importante recordar, sin embargo, que el ultraliberalismo efectuó en la segunda mitad del siglo XX una aproximación ideológica y práctica a las fuerzas políticas autocráticas, patente en el Chile de Pinochet y ahora en Brasil. Aquí conviven una vertiente ultralibe­ral pragmática, que cohabita sin problemas con la "teología de la prosperidad" y con la represión de las costumbres, y una vertiente teñida de anarcocapitalismo, plasmada en los institutos Von Mises y Rothbard (2). En ambas vertientes el desprecio por la participación de las mayorías (democracia) y por la igualdad constituye la base para la conexión entre proto-fascismo y liberalismo.
- El miedo a las movilizaciones populares, incluso a las de perfil reaccionario, lo que apunta hacia un aumento de la represión; la propia toma de posesión de Bolsonaro dio lugar a menos movilización de la prevista, pero fue una demostración de la militarización del protocolo, en particular contra la prensa, confinada durante todo el día y discriminada.

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