Trasversales
Mick Antoniw

Socialistas en solidaridad con Ucrania


Revista Trasversales número 57, febrero 2022 web


Mick Antoniw es ucraniano de segunda generación, ex miembro del Grupo Operativo sobre Ucrania del Comité Europeo de las Regiones, y participa en organizaciones cívicas  ucranianas y en sindicatos. Miembro de Ucrania Solidaridad.






Solidaridad con UcraniaPara aquellos socialistas que se oponen al imperialismo y creen en el derecho de las naciones a la autodeterminación, en el derecho internacional y en la democracia, este es el momento de solidarizarse con el pueblo ucraniano.
Para muchos compañeros la situación en Ucrania es ciertamente confusa. La estrategia de propaganda de Vladimir Putin lleva más de ocho años funcionando con mucha intensidad, en Ucrania y en toda Europa. Pero hay ciertos hechos que
no se pueden ignorar de manera creíble.
Las tensiones actuales son una amenaza para la paz y la estabilidad económica europeas. También son el resultado directo de ocho años de guerra híbrida en la frontera de Ucrania, una guerra patrocinada y coordinada por el gobierno ruso, que ha sido acelerada ahora acelerada con la acumulación de una fuerza de alrededor de 130.000 soldados y una serie de equipos militares y armamentos como no se había visto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Putin ha sumado a esto su creciente participación militar en Bielorrusia, al norte de Ucrania, la acumulación adicional de fuerzas y de la flota rusa del Mar Negro en la Crimea ocupada, así como unos 8000 soldados en  Transnistria al oeste de Ucrania .
Ucrania está rodeada de facto por una fuerza de invasión rusa. Cada mes que ha pasado desde 2014, Rusia controlando, financiando y armado a mercenarios y a grupos separatistas que le son subalternos y que ella ha creado y controla en el este de Ucrania, esto es, en Lugansk y Donetsk, lo que ha provocado más de 14.000 muertes y casi dos millones de desplazados. .

El riesgo de guerra con Ucrania solo se concretará si Rusia invade Ucrania. Está claro que Ucrania no tiene intención ni capacidad para invadir o amenazar de ninguna manera a Rusia. Nadie debería hacerse la ilusión de que este conflicto no es resultado directo del compromiso de Putin de recrear un mayor imperio ruso. Él considera que Ucrania y Bielorrusia forman con Rusia un solo pueblo, un volk. Ha dejado claro que no reconoce a Ucrania como nación soberana.
Antes de la invasión de 2014, la abrumadora mayoría de la población de Ucrania no veía la necesidad ni tenía el deseo de unirse a la OTAN. La invasión y las acciones y la retórica de Putin han cambiado todo eso, probablemente de forma irreversible. Ucrania ahora busca aliados que la ayuden a resistir la agresión rusa y afirma su derecho a defender su soberanía.
Es irónico que ahora Putin diga que quiere que Occidente dé garantías jurídicamente para la defensa de Rusia, pero es el mismo Putin quien, junto con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, firmó una garantía legalmente vinculante de soberanía ucraniana a cambio de que Ucrania renunciará unilateralmente a sus armas nucleares. Es una tragedia que, de golpe, Putin haya asegurado con sus acciones que nunca más habrá un desarme nuclear unilateral en ninguna parte del mundo. ¿Por qué algún país renunciaría ahora a su armamento nuclear a cambio de una garantía tan inútil?
Para las y los socialistas, por supuesto, hay muchos cuestionamientos a hacer y muchos preocupaciones en torno a la OTAN y su papel en Europa, pero tienen poco que ver con el conflicto actual. Putin tiene la intención de absorber a Ucrania y Bielorrusia en cualquier caso, y sus discursos y escritos lo dejan claro. Culpar de todo a la OTAN y mantener la pretensión de que actúa para proteger a la población rusoparlante es simplemente un camuflaje de estas ambiciones.
Incluso si la OTAN cediera ante todas las demandas de Putin, no cambiaría su estrategia geopolítica de expandir Rusia bajo la dirección de Moscú. La invasión del este de Ucrania y la ocupación ilegal de Crimea no tuvieron nada que ver con la OTAN. La agresión actual es la continuación de una estrategia que no pudo completar en 2014 cuando el ejército y los voluntarios ucranianos hicieron retroceder la oleada invasora de fuerzas rusas e híbridas.
Si la OTAN lo aceptase, con toda probabilidad esto solo haría que este proceso, con el tiempo, se hiciese inevitable. Sin apoyo militar y sin armamento, Ucrania no tendría capacidad sustancial para resistir salvo como una resistencia partisana sangrienta y a largo plazo.
Hay quienes en la izquierda están tan obsesionados con la OTAN y el imperialismo estadounidense que se han vuelto ciegos y, de hecho, apologistas del despiadado expansionismo ruso, del imperialismo ruso basado en una ideología nacionalista rusa.
La creencia entre algunos sectores de la izquierda de que lo que está sucediendo es el resultado del expansionismo de la OTAN no resiste el escrutinio. Es en el mejor de los casos equivocado y en el peor delirante. Pone al pueblo ucraniano en la categoría de meros peones geopolíticos y presta ayuda a las políticas autoritarias y fascistas que ahora dominan Rusia. Niega al pueblo ucraniano el derecho fundamental a determinar su propio futuro.
De esta mitología forma parte también la afirmación de que se trata de alguna manera de proteger a las personas de habla rusa. La mayoría de los que resisten diariamente la agresión respaldada por Rusia, en la línea del frente de los territorios ocupados, son de habla rusa.
No hay duda de que la propaganda rusa ha sido cada vez más eficaz en la promoción de estas ideas en todo el mundo, y es muy significativa su capacidad de interferir y manipular en Europa central y oriental es significativa, al igual que en EEUU y Europa. El dinero ruso ha estado manipulando cada vez más los sistemas políticos de toda Europa, incluido el Partido Conservador en el Reino Unido, lo que puede explicar su renuencia a torno al informe sobre Rusia encargado por el gobierno conservador tras los envenenamientos de Serguéi y Yulia Skripal por parte de agentes rusos. También puede explicar su total fracaso para afrontar el lavado de dinero oligárquico y corrupto en Londres, que se ha convertido en la capital de lavado de dinero de los oligarcas del mundo.
Los ucranianos nunca han esperado que la OTAN pelee sus batallas por ellos. Sin embargo, esperan que esos países al menos le den la capacidad armamentística para disuadir la agresión y, si ocurre una invasión, para defenderse.
Hay un camino hacia la paz. Y pasa por que Rusia cumpla sus obligaciones bajo el acuerdo de Budapest, dando fin al suministro de armamento a sus fuerzas híbridas en el Este, retirando sus fuerzas de invasión y entrando en discusiones multilaterales para reducir la militarización en toda Europa Central y Oriental y en Rusia.
El temor que se extiende entre la población ucraniana es que EEUU y la UE intenten forzar algún tipo de acuerdo "Minsk 3" sobre Ucrania, que solo fortalecerá el punto de apoyo que Rusia ha instalado en el este de Ucrania y en el Mar Negro, retrasando pero no eliminando el riesgo de invasión.