Trasversales
Jesús Jaén Urueña

Tariq Ali y la doble vara de medir las guerras

Revista Trasversales número 61 marzo 2023 web

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Tariq Ali es un intelectual con una larga trayectoria dentro de la izquierda. Escritor de novelas y ensayos, director de cine, activista, miembro del consejo de redacción de la New Left Review, etc. Su reputación no es lo que pretendo poner en debate, sino sus posiciones sobre Ucrania. Otros intelectuales o personajes de gran renombre internacional como José Mujica, López Obrador, Lula da Silva… han mostrado también su rechazo a apoyar a Ucrania frente a la agresión y ocupación ordenada por Wladimir Putin. Una gran parte de la izquierda en el mundo se identifica con esas proclamas antiimperialistas en nombre de la paz mundial. No se trata simplemente de un debate teórico; detrás de tantas palabras hay miles de muertos, destrucción, violaciones y desolación.

Tariq Ali fue entrevistado por la revista Jacobin (la entrevista fue publicada también en Viento Sur). El titular de esta entrevista era “Es perfectamente razonable no estar a favor de Putin ni de Zelenski”. Un titular ambiguo como la mayoría de los análisis que estamos leyendo y escuchando en la izquierda desde hace un año. Un problema que nos obliga a escarbar en el sentido de las palabras y, sobre todo, a tomar los hechos como única referencia objetiva.

Pues bien, en la entrevista, Tariq Ali desbroza la naturaleza de esta guerra diciendo que en Ucrania se están librando tres guerras distintas. Primera, es una guerra por culpa del “aventurerismo enloquecido de Putin”. Segunda, es "una guerra entre los invasores rusos y los nacionalistas ucranianos de toda clase, incluida la derecha dura dentro del núcleo nacionalista ucraniano, respecto de quienes no tiene sentido negar que son fascistas en lo político, con un legado que proviene de los fascistas que lucharon junto al Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial". Tercera, es una guerra que “libra la OTAN contra Rusia” porque aunque no cuente con efectivos humanos, está ayudando a Ucrania militarmente. Este argumento lo ensalza aún más con otra afirmación: “desde 2014, EEUU, ha ido aumentando su control político, militar e ideológico sobre Ucrania”.

Si analizamos detenidamente los tres argumentos, veremos que Tariq Ali, en lugar de hacer un análisis objetivo de la realidad, lo ha sustituido por un análisis ideológico de la realidad. La ideología en sí misma no es mala, lo malo es cuando esta oculta la verdad. Veamos. Tarik Ali tendría que reconocer (y así lo ha dicho en otras ocasiones) que la invasión rusa el 24 de febrero de 2022 no tiene como causa el aventurerismo de Putin sino un plan trazado para convertir a Ucrania en una provincia de la gran Rusia. Llama la atención que, cuando Tariq Ali se refiere al ejército de Putin, se “olvide” de decir el componente de ultraderecha y fascista tanto del régimen político (ver el acto de Putin en Moscú el 23 de febrero pasado) como de la parte más profesional de su ejército (los mercenarios de Wagner).

Sin embargo el tratamiento político hacia la resistencia armada ucraniana es bien distinto. Para él, se trata de un ejército nacionalista con una fuerte componente nazi heredada de la influencia del III Reich. Esta afirmación es una exageración premeditada dirigida a diluir un hecho objetivo indiscutible: el pueblo ucraniano que se podría haber rendido en la mañana del 25 de febrero cuando las tropas rusas estaban a unos pocos kilómetros de Kiev, plantó cara al segundo ejército más grande del mundo. Decidieron luchar y resistir en inferioridad de condiciones. Fue una decisión heróica no basada en la relación de fuerzas, sino en una moral y una convicción colectiva. Esa fue la principal razón por la que los 250.000 hombres de Putin no tomaron Kiev.

En tercer lugar, y este constituye el argumento central de la entrevista de Tariq Ali, definir la naturaleza de esta guerra como un conflicto entre la OTAN y Rusia es una manipulación ideológica. Y para demostrarlo voy a hacer mías las palabras de Tariq Alí respecto a la lucha de la resistencia palestina y libanesa frente a Israel y su socio norteamericano. Entrevista publicada en la página Palestinalibre.org el 30 de octubre de 2013..

Entrevistador: ¿Cómo puede apoyar las acciones de Hezbollah o las de Hamas dada la adhesión de ambos grupos a una ideología fundamentalista sobre la que no esconde su disgusto?

Tariq Ali: “Mire obviamente yo no estoy de acuerdo con sus posiciones religiosas (Hamas y Hezbollah)... Sin embargo cuando un país es invadido y atacado, y la gente está resistiendo, es importante hablar claro y alto, y decir que tienen derecho a resistir y a defender su derecho…

Hablar alto y claro. Pues bien, nos gustaría saber por qué, lo que vale para Palestina y Líbano, no vale para Ucrania. Por qué lo que se aplica a Israel y EEUU no vale para Rusia. Tariq Ali incurre en contradicciones demasiado evidentes. Tiene dos varas de medir. Las guerras que desencadenan los EEUU y sus aliados y las guerras que desencadenan Rusia o China. El punto de referencia de Tariq Ali no son las víctimas, ni los derechos humanos, ni el derecho a la legítima defensa o de la libre autodeterminación de los pueblos. No. Hablemos alto y claro. El punto de referencia es Estados Unidos y sus aliados. La concepción campista del mundo (ver artículo “La Teoría de los campos, de Stalin a Putin". Revista Trasversales, Blog Leódile Béra y Fundación Andreu Nin).

El campismo fue un concepto y una práctica del estalinismo en plena guerra fría, pero, lamentablemente, su influencia ideológica impregnó a una gran parte de la izquierda mundial (no sólo a los partidos dentro de la órbita de la burocracia soviética). Muchos, por no decir una mayoría, de movimientos nacionalistas están insertados en esa lógica “antiimperialista”, que impide ir más allá de los crímenes innegables de EEUU y de sus aliados (desde Vietnam a Irak). Pero utilizar como coartada a la OTAN, cuando las tropas rusas riegan de sangre la mitad del territorio de Ucrania, constituye una gran mentira. Una farsa política y moral que debe ser denunciada; en nombre, no solo de los ucranianos, sino también de los miles de soldados rusos que se están dejando la vida por el sueño imperial de Putin.

La izquierda debe reflexionar. La pregunta que debemos hacernos no es si entre nosotros y nosotras estamos por la paz, la negociación y el desarme. Si estamos en contra de la OTAN y de las guerras. No. Las preguntas no son esas. La verdadera reflexión que deberíamos hacer es otra bien distinta ¿Abandonar a Ucrania a su propia suerte y dejar que Putin siga su escalada militar es una garantía de paz? Respondan con sinceridad.



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