Trasversales
Kateryna Turenko

Año II de la guerra: 8 de marzo y las experiencias de las feministas ucranianas

Revista Trasversales número 62 abril 2023

Original en ucraniano aquí

Traducido al ingles por Kira Leonova

Versión en inglés aquí

Traducido al castellano por Trasversales



A mediados de febrero se publicó en la web del Parlamento un proyecto de ley que pedía cancelar las celebraciones del 8 de marzo e introducir en su lugar el Día de la Mujer Ucraniana. Con sus referencias al coste económico del 8 de marzo como día festivo nacional y a la necesidad de "despedirse del legado soviético", estos políticos ignoraban gratuitamente el significado político del día dedicado a recordar la lucha por los derechos de las mujeres.

Durante muchos años, las feministas ucranianas han luchado por los derechos para las mujeres y para que éstas dispongan de oportunidades políticas, económicas y personales. Han centrado la atención en la violencia de género, la brecha salarial de género y la devaluación del trabajo reproductivo. Estos problemas de ninguna manera han desaparecido en medio de la guerra y las crisis: por el contrario, aumentaron y crearon nuevos retos para el movimiento feminista.

Hemos hablado con activistas de base con el objetivo de aprender de ellas en cuanto al estatus de la mujer en tiempos de guerra, a los problemas y desafíos que enfrenta el movimiento feminista y a las amenazas que pueden hacerse relevantes para la sociedad ucraniana una vez que termine la guerra.


¿Cómo afecta la guerra a la desigualdad de género?

Uno de los problemas más graves que viene enfrentando la sociedad ucraniana desde el 24/02/2022 es la violencia sexual perpetrada por soldados rusos: "Las mujeres ucranianas están bajo la amenaza constante de crímenes de guerra como la violencia sexual. Solo podemos imaginar lo que está sucediendo en los territorios ocupados", dice Anastasia Yurchenko, miembro del Taller feminista.

Además de los peligros físicos directos de los bombardeos y la violencia, la guerra tiene graves ramificaciones socioeconómicas. Cerca de la línea del frente, la población a menudo termina al borde de una catástrofe humanitaria, pero los problemas se exacerban en todas partes. Las poblaciones vulnerables son las primeras en sufrirlas, ya que se está recortando la financiación destinada al ámbito social.

Bajar los salarios en el sector estatal afecta a las mujeres que constituyen una gran parte del empleo estatal en diferentes profesiones (enfermeras, médicas, maestras, administrativas). La falta de dinero para los jardines de infancia significa una carga adicional para las mujeres. En ausencia de financiación, ciertos programas contra la violencia pueden ser recortados...", explica Anastasia.

Yana, activista de la iniciativa Bilkis, también destaca que la guerra agrava la desigualdad económica: aumenta la carga sobre en el sector de los cuidados, compuesto principalmente por mujeres. Son las mujeres quienes soportan la carga más pesada del trabajo reproductivo mal remunerado o no remunerado. "La mayoría de las tareas del hogar recaen en las mujeres. Si no hay gas, electricidad, agua y calefacción, se enfrentan a desafíos como lavar a un bebé, cocinar, ordenar el apartamento, etc.", cree Yana.

En medio de estos problemas, también se producen algunos cambios legislativos positivos: la ratificación de la convención de Estambul que costó años de lucha a las feministas ucranianas y la intensificación del esfuerzo relacionado con la aplicación de la resolución de la ONU "Mujeres. Paz. Seguridad".

"A nivel nacional, entendemos que la integración europea se convierte en una influencia positiva y en una palanca para el estado. Ya no pueden ignorar el tema de la igualdad de género", dice Anastasia Chebotaryova, miembro de Guarida feminista. La resolución 1325 de la ONU Mujeres. Paz. Seguridad, dice Anastasia, es de gran importancia durante la guerra: "Esta resolución es significativa ya que reconoce que la guerra afecta a hombres y mujeres de manera diferente y se centra en las medidas de seguridad, la lucha contra la violencia y la inclusión de las mujeres en el proceso de pacificación. Ucrania fue el primer país en ratificar la resolución 1325 en tiempos de guerra. La invasión a gran escala se convirtió en un impulso para actualizar el plan de acción nacional. Anteriormente, las mujeres, la paz y la seguridad estaban en la agenda de activistas y del gobierno principalmente en las regiones oriental y central de Ucrania, pero ahora vemos que surgen nuevas coaliciones en todas las regiones de Ucrania", concluye la activista.

Alisa Shampanska, de la iniciativa Femsolución, también ve cambios positivos en el aumento de la visibilidad de las mujeres en las Fuerzas Armadas de Ucrania y en el uso de las formas femeninas de los sustantivos a nivel estatal.


¿Cuáles son las perspectivas de posguerra para el movimiento feminista?

Marta Chumalo, defensora de los derechos humanos y directora del centro Perspectivas de mujeres, identifica cuatro amenazas que podrían hacerse relevantes en un futuro cercano. En primer lugar, hay un ataque a los derechos reproductivos. Cree probable que haya intentos de prohibir el aborto apelando a las bajas sufridas en el frente de batalla y a las muertes causadas por los bombardeos, así como a que muchas mujeres ucranianas se han desplazado al extranjero. Otra amenaza es el reforzamiento del discurso de extrema derecha, que tradicionalmente va de la mano de ataques a los derechos de las mujeres. La radicalización del nacionalismo es una consecuencia frecuente de las guerras. Puede haber una oleada de violencia de género, causada por hombres que regresan del frente de batalla psicológicamente traumatizados. También existe el riesgo de que las decisiones clave relacionadas con la recuperación y la reconstrucción las tomen, al más alto nivel, principalmente hombres.

Anastasia Chebotareva está de acuerdo en que hay el riesgo de que las necesidades de las mujeres y las niñas puedan ser ignoradas en los procesos de reconstrucción de la posguerra: "Será relevante para la reconstrucción de las ciudades, de la infraestructura de cuidados y de la infraestructura esencial. Es crucial comenzar a intentar que las mujeres estemos incluidas en ese proceso. Las ONG y los fondos humanitarios tienen la oportunidad de obtener el apoyo de sus socios internacionales".

La sociedad ucraniana necesita ya programas de rehabilitación efectivos para ayudar a veteranos a sobrellevar los traumas físicos y psicológicos: "Establecer y poner en marcha el sistema de rehabilitación y ayuda es un gran desafío. El movimiento feminista también puede participar en ello", dice Alisa Shampanska.

Marta Chumalo señala la amenaza de que se refuercen los roles de género tradicionales para hombres y mujeres en la sociedad: "El comportamiento que se sale del marco definido por estas dos normas a menudo no es aprobado por otras personas. Tanto hombres que evitan la movilización como mujeres que piden apoyo porque sufren violencia de género a manos de hombres desmovilizados se enfrentan al riesgo de que se les condene y no se les comprenda. Eso, a su vez, amplía las brechas de género".


¿Qué prácticas feministas se volvieron imposibles debido a la guerra y qué las sustituyó?

Según las activistas, desde el comienzo de la invasión a gran escala, la mayoría de las iniciativas feministas lanzaron campañas de ayuda humanitaria, cambiando ligeramente el enfoque de sus actividades. Por ejemplo, el centro "Perspectivas de mujer" ya ha establecido siete albergues para mujeres pertenecientes a poblaciones vulnerables: mujeres adultas mayores, desplazadas internas, mujeres con trastornos mentales, madres con muchos hijos, mujeres con discapacidad y mujeres afectadas por la violencia de género. La iniciativa Guarida feminista también se centra en gran medida en la ayuda humanitaria.

"A menudo hay que actuar en lugares de difícil acceso a los que no llegará la financiación de ningún gran fondo humanitario: aldeas, territorios temporalmente ocupados y áreas cercanas a la línea del frente. Establecimos una extensa red de voluntarias y socias, en Kramatorsk, en Jersón, en Zaporiyia y su provincia y en la región de Járkov", cuenta Anastasia Chebotareva.

La activista Ivanka, de la iniciativa Bilkis, también señala que sus actividades están dirigidas principalmente a personas de bajos recursos o sin hogar: "Actualmente estamos trabajando en dos proyectos de orientación social. Uno es Espacio de cosas, donde puedes traer lo que ya no necesitas o llevarte algo que necesitas. Menjadora [Bird feeder] se propone facilitar alimentos a personas con bajos recursos o sin hogar. Somos una iniciativa feminista interseccional, pensamos que la desigualdad de género se cruza con otras desigualdades, por ejemplo las económicas. También estamos planeando organizar un ciclo de películas sobre las mujeres y la guerra y hacer tiktoks educativos sobre el feminismo en Ucrania".

Por lo tanto, participar en la ayuda humanitaria no significa que las feministas hayan dejado de lado los problemas ligados a la desigualdad de género. Por el contrario, al ayudar a las personas pueden ampliar su audiencia. Alisa Shampanska también cuenta cómo FemSolution combina actividades humanitarias y educativas: "Ahora nuestras principales actividades en ese área tienen una influencia informativa en cuanto a nuestra audiencia en las redes sociales. Brindamos ayuda humanitaria a las mujeres y sus familias, y las personas se suscriben a nuestros medios porque quieren recibir ayuda, no por los puntos de vista feministas. Por eso, desde hace algún tiempo hemos comenzado a crear imágenes educativas: por ejemplo, participamos en la campaña 16 días contra la violencia e incitamos a la gente para que votasen, a través del servicio digital Diya, para mantener el 8 de marzo como feriado estatal y así poder continuar con las protestas".

Las activistas que se fueron al extranjero y que defienden las necesidades de la comunidad ucraniana brindan un gran apoyo: ·"Actualmente estoy en el extranjero y mi actividad principal es la búsqueda de solidaridad internacional, la difusión de información veraz y la lucha contra la propaganda falsa. Durante este año he trabajado en remoto con diferentes comunidades dentro del país, en actividades que van desde la búsqueda y obtención de ayuda financiera hasta la organización de eventos restringidos para reflexionar en común", comparte Valeriya Zubatenko, activista de Movimiento social.


Solidaridad y cooperación, dentro y fuera de Ucrania

La mayoría de las feministas están de acuerdo en que desde el comienzo de la invasión a gran escala los lazos entre los colectivos feministas de base se han fortalecido. Anastasia Yurchenko comparte su experiencia: "Si estamos estableciendo un refugio o un programa humanitario, contactamos con activistas más experimentadas y recibimos sugerencias y ayuda. Por ejemplo, necesitamos pañales para niñas y niños en un refugio, escribimos a los chats de activistas y encontramos lo que se necesita". Hay docenas de ejemplos de cooperación entre diferentes movimientos que no se limitan a los esfuerzos conjuntos entre feministas sino que incluyen a otros activismos civiles y a la comunidad LGTBI+. Esta activista cree que en la sociedad se han dado muchos casos positivos que incluyen discusiones de alto perfil sobre la violencia contra las mujeres y su cosificación, o sobre el estatus de las mujeres en el ejército, así como un poderoso movimiento de voluntariado del que las feministas son parte. Por otro lado, también relata situaciones en las que ha habido una actitud hostil de representantes de las autoridades municipales, llegando a "ejercer presión sobre nuestra organización e interfiriendo agresivamente con nuestro trabajo. Desafortunadamente, las autoridades no ofrecieron ninguna solución adecuada al problema".

Anastasia Chebotaryova destaca que las feministas ucranianas de base obtuvieron mucha más atención de la comunidad internacional: "Recibimos invitaciones a conferencias, nos convertimos en las heroínas de algunos artículos y tuvimos la oportunidad de participar en programas de intercambio y estudio. Eso es lo que me hace creer que tenemos todas las posibilidades de ser proactivas para responder a los desafíos que nuestros oponentes ideológicos están preparando".

Zhenya, del colectivo Bilkis, también menciona la ayuda materia ldada por feministas europeas: "En verano nos visitaron feministas francesas, nos dieron algunas cosas importantes para nuestra oficina y nos ayudaron con donaciones. Otras activistas europeas también nos enviaron ayuda humanitaria y material de oficina".

Al mismo tiempo, muchas activistas mencionaron el manifiesto "Resistencia feminista contra la guerra" en el que activistas y académicas extranjeras se pronunciaron contra el envío de armas a Ucrania. Entre las dificultades que encara el movimiento feminista en la búsqueda de la solidaridad, Valeriya Zubatenko recuerda el hecho de que una parte de la izquierda occidental no se da cuenta de su propio estatus privilegiado en cuanto a seguridad: "Mientras que en Ucrania, durante todo un año, hemos estado mostrando en la práctica un feminismo y un antifascismo no retóricos, en Occidente estos mismos problemas siguen siendo objeto de largos debates: en lugar de recaudar fondos para el esfuerzo humanitario, han estado ponderando si enviar armas a Ucrania, cuestionando nuestro esfuerzo para obtener la solidaridad de la izquierda occidental".

A diferencia de las problemáticas declaraciones expresadas por ciertas feministas occidentales, a iniciativa de activistas ucranianas se presentó el manifiesto "Derecho a resistir". Esta convocatoria fue firmada por más de 900 activistas y 70 colectivos de todo el mundo, lo que demuestra que las feministas ucranianas reciben un gran apoyo.

Desde el comienzo de la guerra también se han producido cambios significativos en la sociedad ucraniana. Marta Chumalo dice que los niveles de apoyo mutuo y sensibilidad hacia las necesidades de las feministas de las diferentes regiones de Ucrania aumentaron considerablemente, así como la cantidad de cooperación, solidaridad y apoyo proveniente de feministas extranjeras: "La ideología feminista se está convirtiendo en una tendencia. Muchas mujeres que antes no se identificaban como tales sí lo hacen ahora".

Para terminar pedimos a las activistas que sugirieran lemas como si fueran para una marcha por los derechos de las mujeres hoy. Estos son los que podrían estar en sus pancartas y carteles: "La lucha siempre es oportuna"; "Liberación, no asimilación"; "Rusia es un estado terrorista"; "Implementar el Convenio de Estambul"; "No te enfades, ejerce la solidaridad".