Texto original
(6/6/2023). La "Cumbre"
Los
días 10 y 11 de junio se celebrará en Viena la llamada
"Cumbre Internacional por la Paz en Ucrania". Esta
"cumbre" llama al alto el fuego y a la paz en Ucrania.
¿Pero qué tipo de paz?
El
"Llamamiento por la Paz" a la conferencia condena en
una primera lacónica frase "la invasión ilegal rusa de
Ucrania". Nótese la cuidadosa elección de las
palabras. Todas las declaraciones posteriores sirven
para trivializar esta misma invasión y relativizar la
responsabilidad del régimen de Putin en esta criminal
guerra de ocupación. El "Llamamiento" hace a la OTAN
parcialmente responsable de la guerra.
Recordemos:
la
correspondiente ampliación de la OTAN ya se había
completado en 2004. Ya
en
2010, Putin ofreció a la UE un espacio económico
y tecnológico común desde Lisboa hasta Vladivostok.
Tras el levantamiento de Maidan en 2013-14, los
gobernantes del Kremlin se dieron cuenta de que la
gran mayoría de la población de Ucrania se alejaba de
su esfera de influencia. Esto marcó el comienzo de la
primera fase de la guerra de Rusia contra Ucrania. La
invasión total abrió la segunda.
En el
llamamiento está ausente la más mínima crítica al
régimen de Putin, un régimen que socialistas,
feministas y anarquistas rusos califican de fascista o
en camino hacia el fascismo. Las razones
de
la guerra se encuentran principalmente en la
dinámica interna de este régimen.
La
convocatoria evita cuidadosamente nombrar y exigir la
mínima condición previa para la paz: la retirada de
las fuerzas de ocupación rusas de Ucrania. Los
organizadores de esta conferencia toman abiertamente
partido por el régimen de Putin, responsable de esta
guerra.
La
población de Ucrania aparece en la convocatoria y el
programa de la "Cumbre" sólo como víctima. Sin
embargo, el factor decisivo en la dinámica de esta
guerra es la voluntad de independencia y soberanía del
pueblo ucraniano, subestimada en un principio tanto
por Putin como por los gobiernos occidentales. Han
hecho enormes sacrificios por ellas. Y Ucrania sigue
resistiendo: sin independencia, soberanía y amplios
derechos democráticos, no es posible una paz real.
Esto no sólo es cierto para Ucrania.
La
"Cumbre por la Paz" acepta la ocupación rusa de partes
de Ucrania. Sus organizadores no dicen ni una palabra
sobre el terror
cotidiano
de la ocupación y la sistemática retórica del exterminio de los medios de
comunicación estatales rusos contra la población
ucraniana. Exigen negociaciones, principalmente a
Ucrania y a "Occidente". Pero, en cualquier caso, ¿qué
puede ser objeto de negociación en esta situación?
¿Cuántos millones de personas debe entregar Ucrania a
la dictadura de ocupación rusa y a su terror cotidiano
para que ésta acceda y cese los ataques?
La
paz bajo la ocupación es un contrasentido. Los
organizadores de esta "cumbre" argumentan en línea con
la narrativa del régimen de Putin. Practican un
pseudopacifismo y una geopolítica reaccionaria.
Piensan en términos de campos geopolíticos, cediendo
ante todo tipo de regímenes autoritarios como parte de
un "campo antioccidental", fieles a la lógica de "el
enemigo de mi enemigo cumple una función multipolar
positiva".
Varios
de los oradores
previstos para esta conferencia defienden una visión geopolítica
"campista" del mundo, dirigida contra las
aspiraciones democráticas, emancipadoras y ecológicas
de poblaciones enteras. Leo Gabriel, uno de los
organizadores, ha apoyado hasta ahora a las llamadas
Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, y les rindió
homenaje con una visita amistosa en junio 2019, como parte de una
delegación (junto a estalinistas austriacos, italianos
y alemanes) a la RDP, creada por el régimen ruso;
algunos de los miembros de esa delegación rendieron
sus respetos ante la tumba del ex-dirigente de la RDP
y antisemita Alexander Zakharchenko.
Esta
conferencia no representa una perspectiva seria de
paz. Es un golpe contra la sociedad civil ucraniana,
especialmente contra sindicatos, grupos ecologistas,
socialistas, feministas y anarquistas que resisten
-armados o desarmados- a las fuerzas de ocupación del
régimen de Putin; es decir, contra la gente con la que
nos sentimos especial y solidiariamente asociados,
Entretanto,
la
ÖGB [Federación Sindical Austriaca], el Instituto
Kelman y Attac Austria han retirado
su
apoyo a esta "Cumbre". Varios oradores también
han cancelado su participación en esta conferencia.
Entre ellos, Mariia Levchenko, de Ucrania, y Ewa
Ernst-Dziedzic, de Austria. Sin embargo, los
organizadores siguen incluyéndolas en el actual
programa.
Sin
embargo, la ÖGB sigue ofreciendo gratuitamente sus
instalaciones para a esta pseudo cumbre de la paz.
¿Cómo puede justificarse esto políticamente? La ÖGB
debe ponerse del lado correcto. Puede demostrarlo
poniendo sin demora estos locales a disposición de una
conferencia en solidaridad con la resistencia de los
sindicatos y la sociedad civil ucraniana.
La
Fundación Rosa Luxemburg sigue apoyando política y
financieramente esta conferencia. Con ello demuestra
que aún no se ha desprendido de la geopolítica
esquemática de tiempos pasados. Nos solidarizamos con
la resistencia armada y no armada de la sociedad civil
ucraniana y especialmente con las fuerzas progresistas
que participarán en el acto del 10 de junio en el
centro cultural Amerlinghaus de Viena.
¡Sí
al apoyo efectivo a la resistencia ucraniana para
acabar con la ocupación rusa!
¡No a
una falsa paz que mantenga la ocupación rusa y no al
falso pacifismo!
¡Sí a
la paz sin ocupación rusa y con plenos derechos
democráticos y sociales en una Ucrania soberana!
Sí a
una reconstrucción socialmente justa y ecológicamente
sostenible de Ucrania en el marco de un proyecto
europeo de solidaridad sin ambiciones coloniales!
¡No a
la carrera armamentística internacional!
Actualización
8
de junio. La ÖGB tira del freno de emergencia
Nuestra
campaña contra la falsa "Cumbre por la Paz en Ucrania"
(10 y 11 de junio en Viena), con su programa
pro-Putin, empezó siendo pequeña, cobró impulso y se
extendió a otros círculos. Ha dado lugar a un
resultado concreto: la ÖGB [Federación Sindical
Austriaca] le retiró el permiso de uso de sus salas de
conferencias el 7 de junio. Los organizadores de la
cumbre tendrán que buscar otro lugar. El 6 de junio ya
expliqué por qué esta "Cumbre Internacional por la Paz
en Ucrania" no favorece en absoluto la paz. Presenté
los mismos argumentos en la conferencia de prensa
celebrada el mismo día en Viena.
Básicamente,
defiendo
la postura de que toda posición política (aunque sea
muy censurable) debe tener derecho a expresarse
públicamente, pero también debe contar con la
correspondiente resistencia. En este sentido, la
cancelación a última hora del lugar de celebración de
la conferencia por parte de la ÖGB también tiene un
aspecto cuestionable desde el punto de vista
democrático. Yo abogué por un amplio distanciamiento
político de la conferencia, no por imposibilitarla.
Respeto
los argumentos de los pacifistas serios, pero no la
explotación geopolítica de las actitudes pacifistas.
Pero ése es precisamente el núcleo de la conferencia.
La convocatoria y el programa de la conferencia
pretenden restar importancia a la agresión del
imperialismo ruso.
Los
organizadores quisieron dar pomposamente a su evento
un estatus casi diplomático. Anunciando mensajes de
vídeo de la vicepresidenta colombiana Francia Márquez
y del presidente brasileño Lula da Silva, intentaron
dar la impresión de representar
las preocupaciones de los Estados del Sur global. El
anunciado mensaje de saludo del ex Presidente Federal
austriaco Heinz Fischer pretendía dar la impresión de
que la conferencia participaba en la gran geopolítica
de los Estados. Los organizadores no concibieron en
absoluto su "cumbre por la paz" como una reunión de
movimientos populares pacifistas que luchan contra las
dictaduras, las potencias ocupantes y la guerra –en todas partes y siempre– sino como un acontecimiento
que, sólo aparentemente, persigue una geopolítica
alternativa contra la hegemonía de "Occidente". Esta
orientación hacia la multipolaridad, que también
respeta a las dictaduras, dista mucho de ser una
perspectiva emancipadora, como señaló
claramente
la comunista y feminista india Kavita Krishnan.
En
principio, todo sindicato tiene el derecho y el deber
de poner a disposición sus locales en consonancia con
su función social como sindicato. Tanto los
organizadores de la conferencia como la ÖGB se
metieron con su comportamiento en una situación
incómoda, que no podía resolverse de otra manera que
con la retirada de las salas de conferencias por parte
de la ÖGB.
Los
organizadores de la conferencia no han suavizado ni un
milímetro su orientación política, dirigida también
contra los sindicatos y la sociedad civil ucraniana. Ni siquiera en la
frustración de su derrota son capaces de exigir la
retirada de las fuerzas de ocupación rusas de Ucrania
(véase el reportaje
de
la ORF). Rainer Braun, uno de los organizadores,
se negó explícitamente en una entrevista
radiofónica
con Ö1 tras la cancelación de las salas por
parte de la ÖGB a exigir la retirada de las tropas
rusas, porque esa era una exigencia de la OTAN y la
OTAN formaba parte de la guerra. Esta orientación no
permite malentendidos. Es campismo duro (pensar en
campos geopolíticos).
Ningún
sindicato que se tome en serio a sí mismo puede apoyar
materialmente algo así. No obstante, la
ÖGB
apoyó inicialmente la conferencia públicamente
y, por tanto, políticamente. Sin embargo, después de
que cada vez más voces críticas expresaran su
indignación, retiró su apoyo político hace quince
días, pero siguió poniendo las salas a disposición de
la conferencia, al menos parcialmente gratis. Los
representantes de la ÖGB argumentaron que la
asignación de salas era un acto puramente
administrativo y no responsabilidad directa de la ÖGB.
Esta postura aparentemente apolítica no convenció a
nadie.
Mientras
tanto,
el Instituto Kelman para la Paz y Attac Austria
retiraron su apoyo a la conferencia. Attac Austria se
distanció claramente desde el punto de vista político
de la declaración final preparada del evento.
Finalmente, el proceso de erosión política y personal
cobró impulso. Mariia Levchenko (Patrir), de Ucrania,
y Ewa Ernst-Dziedzic, política de Los Verdes en
Austria, retiraron su participación unos 10 días antes
del inicio de la conferencia. Por último, Francia
Márquez, Vicepresidenta de Colombia, y el escritor
francés Edgar Morin también retiraron sus mensajes de
vídeo previamente anunciados. Ambos se dieron cuenta
de lo que habían aceptado erróneamente. Ya no podían
justificar su participación.
Con el
anuncio por parte de los organizadores de la
conferencia de que el ex Presidente Federal Heinz
Fischer apoyaría la conferencia con un mensaje de
vídeo (¿qué le movió a cometer esta estupidez
política?), la disputa adquirió una nueva dimensión y
llegó finalmente al terreno diplomático. El embajador
ucraniano también intervino y se posicionó
inequívocamente en contra de la conferencia. Por
último, Heinz Fischer tampoco aparece ya en el
programa final de la conferencia.
La
Fundación Rosa Luxemburg (RLS) ha desempeñado un papel
cuestionable. A pesar de todas las protestas,
especialmente de sus socios y personal en Ucrania,
sigue apoyando esta "Cumbre por la Paz" unilateral. En
el programa final, sin embargo, ya no aparece entre
los "patrocinadores" de la conferencia, sino sólo como
patrocinadora de un panel de debate con ponentes de
Europa del Este.
¿Qué ha
movido a los responsables de la RLS a comprometerse
tan claramente con un proyecto político dirigido
contra la autodeterminación de la sociedad ucraniana?
Sólo cuando la contrapresión política se hizo
demasiado fuerte, salieron discretamente por la puerta
de atrás, aunque sólo hasta el umbral. Obviamente, en
el último momento, el RLS ya no quería aparecer como
el principal sostén dela Cumbre, pero quería mantener
su implicación política. Este comportamiento revela
desorientación política y oportunismo.
La ÖGB
está llamada ahora a aprender de esta experiencia. El
esfuerzo sindical por la paz no puede asociarse
afuerzas políticas que miran los acontecimientos
mundiales a través de lentes geopolíticas, aprobando
dictaduras en nombre de un orden mundial multipolar e
incluso garantizándoles supuestos intereses legítimos
y esferas de influencia.
Los
interlocutores de los sindicatos son los movimientos
sociales que defienden una perspectiva de base,
solidaria y ecológica, en todas partes. Construyamos
ahora una campaña conjunta de apoyo a los sindicatos y
a la sociedad civil de Ucrania. Sus miembros
participan en la resistencia contra la ocupación rusa.
Pero también están bajo la presión del gobierno
neoliberal de Zelensky, que -entre otras cosas por la
presión de los "socios" occidentales- está
restringiendo los derechos sindicales elementales, a
pesar de que los trabajadores soportan la carga
principal de la defensa de Ucrania contra el
imperialismo ruso.
En este
sentido, presento la siguiente propuesta a la ÖGB: que
organicemos –junto con sindicatos y grupos solidarios
con la resistencia social en Ucrania contra la
ocupación rusa– una conferencia internacional para
apoyar a los sindicatos ucranianos y a la sociedad
civil en su resistencia contra la ocupación y por una
reconstrucción de Ucrania socialmente justa y
ecológicamente compatible.
Los
organizadores de la "cumbre de la paz" se han buscado
su propio fiasco. El proceso de erosión personal y
política en el período previo al evento demuestra que
los estrategas de una geopolítica sólo en apariencia
alternativa, completamente anclados en conceptos
reaccionarios de campos geopolíticos ("campismo"), no
están consiguiendo hacerse con la hegemonía en la
izquierda más amplia. Se trata de una constatación
positiva.
La
pseudoizquierda que quiere reunirse en Viena para esta
supuesta "cumbre de la paz" está históricamente
acabada y completamente desacreditada. Listo.
¡Empecemos de nuevo! En el caso de Austria, posible y
afortunadamente el impulso que Andi Babler está
aportando al Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ)
y a las disputas sociales en Austria posiblemente
ofrezca un importante punto de partida para este nuevo
comienzo.
Abramos
un proceso de aprendizaje común con socialistas,
anarquistas, feministas y ecologistas radicales de
Ucrania, Rusia y toda Europa para desarrollar una
perspectiva común para una transformación
ecosocialista revolucionaria desde abajo en todo el
continente, basada en la solidaridad global.
Estamos
dando un modesto paso en esta dirección con nuestro acto
del 10 de junio a las 18 horas
en la Amerlinghaus de Viena. Quienes deseen contribuir a este
debate están cordialmente invitados.