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Consejo editorial de Trasversales

Alianzas ante una emergencia social


Revista Trasversales número 29 junio 2013

Texto editorial que se publicará en el número 29 de Trasversales (2ª época, nº 109 serie histórica) que saldrá a finales de junio o comienzos de julio





Vivimos una agresión social sin precedentes. Las élites del capitalismo pretenden precarizar la vida de la gente, a través de la devaluación salarial, el desempleo y la degradación de los derechos sociales, ataques que se vienen acelerando desde el año 2010, pero también por medio de un intento disciplinario de convertir en subalternos y súbditos a quienes dejaríamos de ser titulares de derechos.

Este ataque brutal requiere una respuesta social unitaria, masiva y radical. Las luchas y la indignación popular ya existentes deben ser la levadura de la derrota de las élites económicas y políticas. Se han expresado en las grandes movilizaciones en defensa de la sanidad y la educación públicas, por los derechos laborales, contra los desahucios, en las protestas por las estafas bancarias, en las movilizaciones en solidaridad con las personas dependientes, en las luchas de las mujeres por la igualdad y su derecho a decidir, etc.

Existe la necesidad de complementar la movilización en la calle con una respuesta política que sirva de canal para que esa fuerza social defensiva se convierta en alternativa a los actuales gobernantes. Resulta imprescindible articular un frente político al nivel de la respuesta social y de la indignación contra el gobierno de Rajoy, contra los gobiernos autonómicos y municipales y contra las élites españolas y transnacionales que agreden nuestras vidas.

Ese frente político no puede entenderse como mero acuerdo entre partidos ni desde las categorías tradicionales de “unidad de la izquierda”, ya que esa vía sería incapaz de conectar con muchísimas personas que se han implicado en las luchas sin una identificación previa de ese signo. Vivimos una situación marcada por la aparición de un nuevo activismo social y de una indignación muy extendida entre amplias capas de la población. Las nuevas propuestas deben partir de esa potencia y de las necesidades que plantea, no de retóricas ideológicas o programáticas posiblemente incapaces de agrupar y de unir a tanta gente.

Hay condiciones para un gran acuerdo que exprese el sentimiento común de millones de personas. Una alianza en torno a un plan de emergencia social que concrete los ejes básicos ya puestos en primer plano por las luchas sociales contra los recortes y en defensa de los derechos sociales e individuales.tertulia HAY QUE ECHARLOS

- Los sistemas públicos de Educación, Sanidad y apoyo a la autonomía personal, el derecho a la vivienda, ingresos mínimos suficientes, pensiones dignas...

- La limitación radical del poder de las élites y la expansión de la democracia y de las libertades públicas.

- Las políticas activas de igualdad contra todo aquello que merma el derecho a decidir de las mujeres y fomenta la relegación social de éstas.

- Una reforma fiscal basada en criterios de equidad y suficiencia presupuestaria.

- El fomento de una economía participativa, cooperativa y sostenible ecológicamente.

- El impulso de la dimensión europea y transnacional de la lucha contra las élites capitalistas y de los esfuerzos sociales para construir a esa escala caminos alternativos a los que en la UE están imponiendo los gobiernos de los Estados que la constituyen y la troika, en alianza con las élites económicas

Esos ejes podrían representar las bases de un nuevo proyecto político plural, un encuentro de personas, colectivos y organizaciones dispuestas a poner en común lo que podría unir a una mayoría para un cambio político sustantivo en España.

Sin renunciar a nuestras singularidades, resulta imprescindible reafirmar lo que nos une porque estamos en una situación de emergencia y ante un ataque feroz a los fundamentos de una sociedad democrática. Es necesaria una unidad amplia, una gran alianza social, porque hay que detener las agresiones y echar del poder a quienes están destruyendo las bases de nuestra convivencia social. Con nuestras luchas podemos parar parte de los ataques de los gobernantes, pero para derrotar su estrategia global hay que echarles.

O ellos o nosotr@s. Si nos derrotan desaparecerá el horizonte de igualdad y libertad que ha animado a los movimientos sociales durante décadas. Hay que vencer y para ello hay que disponer en la calle y en las instituciones de toda la fuerza que sea posible acumular.

Hay que echarles. Ese debería ser el primer objetivo de un movimiento unitario que exprese el activismo social que se opone a la devaluación social, a la precarización, al disciplinamiento de la gente corriente y a la hegemonía de las élites.

Ese movimiento político unitario sería más que una alternativa electoral, pues daría visibilidad política, opción y voz a los millones de personas, probablemente una amplia mayoría social, que rechazan las políticas aplicadas por el PSOE desde mayo de 2010 y luego, con mayor agresividad, por el PP, que no se sienten representadas en esos partidos y quizá tampoco por ningún otro, personas sin las que no será posible derrotar a la derecha reaccionaria que nos gobierna. Un movimiento que no pretenda “representar” o sustituir a la ciudadanía sino que, por el contrario, se sienta representado por las luchas sociales y saque de ellas sus propuestas.

Hoy en día el movimiento social no tiene una expresión política a la altura de sus luchas y necesidades. El mero crecimiento de fuerzas políticas que se han opuesto a los recortes sociales, siendo posítivo, no permitirá acumular la presencia institucional necesaria para detener las agresiones.

La unidad necesaria es la de quienes defienden a la sociedad contra las élites, la de la sociedad que se autodefiende. No se puede reducir a una unidad por arriba o a coaliciones de siglas, lo que resulta necesario es un impulso desde abajo tan amplio como sea posible. Para ello hay que impulsar inmediatamente un proceso de reflexión y confluencia amplio, horizontal, plural y participativo capaz de reconocer en su diversidad a los múltiples individuos y colectivos que ya hace tiempo que trabajan por un cambio democrático, dando cabida y protagonismo al nuevo activismo surgido de la lucha social.

Ese proceso unitario desde abajo puede y debe ser además el germen para la incorporación a un gran acuerdo social de organizaciones políticas existentes como IU, ICV, Equo-Compromis, Izquierda Anticapitalista y numerosos grupos de ámbito territorial. Pero hay que evitar parodias de “procesos desde abajo” instrumentalizados para alcanzar “acuerdos desde arriba” o para ganar “compañeros de viaje”, que sólo podrían ahondar divisiones y generar decepción. También hay que evitar la tentación de tratar de convertir los instrumentos unitarios de lucha en instrumentos electorales, pues eso podría poner en peligro su existencia.

La situación de emergencia requiere poner en marcha una nueva imaginación política con vocación de mayoría social desde lo local hasta el ámbito transnacional.

Un país con más de seis millones de parados, con un sistema político agotado, desacreditado y corrompido, con un deterioro creciente de los servicios públicos, dominado por grupos elitistas egoístas y antisociales… Esta situación se define como emergencia política y social. Y requiere alternativas a la altura de la situación.

De poco sirven en este momento viejas afinidades ideológicas o las tradiciones nacidas en la transición española. Nos jugamos nuestro presente y nuestro futuro. Hay que poner en segundo plano las identidades para amasar en lo común un gran polo de defensa de la sociedad, expresión de una nueva mayoría que ha empezado a manifestarse en las luchas sociales.


En TERTULIA, tú voz cuenta. Pondremos en común éstas y otras ideas (¿por qué no la tuya?) el jueves 13 de junio 21013, a las 19 h., en la librería LA MANDRAGORA, Torrecilla del Leal 32, Madrid, en torno a la incitación al diálogo HAY QUE ECHARLOS... ¿CÓMO LO HACEMOS? y a cualquier otra incitación que allí se sugiera.

Encontrarás algunos otros materiales relacionados con estas inquietudes en los números 27 y 28 de Trasversales.





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